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El Vaticano cree que Berlusconi se ha "pasado de la raya"

El divorcio de Silvio Berlusconi lleva camino de convertirse en un espectáculo mediático tras el cruce de declaraciones públicas de sus protagonistas. El Vaticano ha lamentado que vaya a "ser celebrado frente a todo el mundo como una película".

El divorcio de Silvio Berlusconi lleva camino de convertirse en un espectáculo mediático tras el cruce de declaraciones públicas de sus protagonistas. El Vaticano ha lamentado que vaya a "ser celebrado frente a todo el mundo como una película".

L D (EFE) En declaraciones al diario La Stampa, el ministro del Vaticano para las relaciones interreligiosas, cardenal Walter Kasper, declaró que "el divorcio no puede ser un espectáculo para presentarse ante las cámaras" y no puede "alimentar a los medios de comunicación y ser celebrado frente a todo el mundo como una película".

Sus palabras llegan después de que la pasada noche el primer ministro italiano Silvio Berlusconi participase en el programa "Porta a Porta" de la televisión RAI1 donde rebatió, sin mencionar la palabra divorcio, las acusaciones esgrimidas por su esposa Veronica Lario para separarse de él.

"En este caso hubiera sido beneficioso para ambos cónyuges una mayor atención a la privacidad", refirió el cardenal, quien añadió que "los litigios públicos para separarse constituyen un sufrimiento suplementario y un mal ejemplo, sobre todo, para los jóvenes".

Agregó que "la seriedad y la sobriedad deberían ser la unidad de medida fundamental para todos, pero sobre todo para un jefe de Gobierno". "El comportamiento del presidente del Consejo nos parece extraño, pasado de la raya" y añadió que "resulta aún más sorprendente porque se trata de un jefe de Gobierno".

Para Kasper "la sobriedad es una expresión de respeto hacia la persona, una demostración del sentido de la responsabilidad". El ministro del Vaticano reconoció que "un hombre de Gobierno debe ser juzgado por su actuación en el campo político (..), pero cuando exagera o su estilo de vida va más allá se hace un flaco favor a sí mismo y a la importancia de su función pública.

Silvio Berlusconi, de 72 años, regresó este martes de su residencia de Milán donde no logró recomponer su matrimonio y pidió, en el programa "Porta a Porta" emitido por la RAI1, que su esposa "admita las errores" porque "ha caído en una trampa". Subrayó que "no frecuenta menores" y habló de la persistente hostilidad de los medios de izquierda" de donde parten todas las "mentiras".

Berlusconi se mostró convencido de que no perderá la simpatía de los católicos ya que "cuando todos conozcan la realidad no podrán actuar negativamente contra el Pueblo de la Libertad (PDL)", al igual que el Vaticano "que jamás ha tenido unas relaciones así de buenas con un Gobierno italiano".

En el tema personal, el primer ministro manifestó su disgusto por el hecho de que sus hijos "a los que quiero por encima de todo estén en medio de esta polémica" y afirmó que es " un padre extraordinario y amantísimo".

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