El portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka desgranó una apasionada defensa de la "injerencia humanitaria" y apeló al resto de los grupos políticos a que eludan las "consideraciones colaterales". Su apasionada defensa de la intervención militar tuvo como contrapunto la habilidad de Erkoreka para no aludir ni una sola vez en su discurso al Ejército o a España.
Menos sutil resultó la intervención del portavoz nacionalista, Josep Duran, quien adoptó la postura de firmes ante la resolución de Zapatero, agradeció a la ministra de Defensa, Carmen Chacón que le hubiera informado previamente y como su correligionario vasco empleó en todo momento el eufemismo de misión para no hablar de la guerra de Libia.
Se trató la suya de una intervención más bien breve en la que comenzó censurando la "desaparición" de la UE, lo que dio paso a un encendido elogio de Javier Solana, como si Duran formara parte del mismo partido que el ex responsable de política exterior y seguridad de la Unión y a su vez del Gobierno, dada la afinidad con las ínfulas bélicas de Zapatero.
Quien también se sumó a la legión Zapatero fue ERC, olvidado su radical antimilitarismo y su natural antiespañolismo, el portavoz republicano, Joan Ridao, tan sólo puso un reparo a la "misión", el de su duración.