No quieren dar sus nombres ni quieren que se sepa donde se encuentran porque su situación no puede ser más comprometida. Son los empresarios y trabajadores españoles a los que la revuelta en Libia les ha cogido a medio camino entre las grandes ciudades. Ahora, están solos, aislados y sin ningún apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores a quien acusan de "lavarse las manos".
Uno de ellos ha relatado en esRadio el drama que está viviendo. Se encuentra en un punto indeterminado a orillas del Mediterráneo, inmovilizados. Sin poder salir ni por mar, ni por tierra, ni por aire. Hace unos días llamaron al consulado español para pedir instrucciones sobre qué hacer si se producía un rebelión popular... pero no recibieron las directrices. Hoy es demasiado tarde. Atrapados y desesperados han vuelto a preguntar a la delegación diplomática, pero una vez más se sienten abandonados: "El cónsul en Trípoli nos ha dicho que tenemos que salir del país por nuestros propios medios", asegura este ciudadano español.
Países como Portugal o Francia han comenzado a evacuar a los empresarios y ciudadanos que han pedido volver antes de que sus vidas puedan correr peligro. No tienen muchas esperanzas ya que el Ministerio que dirige Trinidad Jiménez ni siquiera se está ocupando de los españoles que ya están preparados para salir en el aeropuerto de la capital Libia.
"Estamos viendo que otros países de Europa, como por ejemplo ayer Francia trasladó 30 personas desde Bengasi hasta Trípoli y creemos que nuestro Gobierno no nos está apoyando ni está haciendo nada. Les hemos preguntado qué tenemos que hacer pero su respuesta es que se trata de una opción nuestra".
Sin embargo, intentar moverse en un país en estado de descomposición es muy complicado. "Habíamos pensado en coger un taxi desde donde estamos hasta Trípoli pero nadie nos quiere llevar... es demasiado arriesgado". Este empresario ha relatado que en la localidad en la que está "la policía desapareció hace dos días, las comisarías están calcinadas tras las manifestaciones y que en estos momentos recorren las calles coches con gente disparando sus AK-47, aunque las cosas están bastante más tranquilas".
Es sólo un ejemplo de la situación de desamparo que está sufriendo muchos ciudadanos españoles atrapados en Libia. Pero, hay muchos más. Son empresarios de distintas compañías españolas con intereses en esta nación que esperan que el Ejecutivo de Zapatero les envíe un avión para repatriarlos. O sino, que al menos el consulado les proporcione un medio de transporte para sacarlos del infierno en el que se encuentran.