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Evo Morales le declara la guerra... a la mentira

A pocos días de su reelección como presidente, Evo Morales ya ha revelado la senda por la que transcurrirá su mandato. Cumpliendo con las mismas directrices que la censura instaurada por su colega Chávez, el presidente boliviano prepara su propia "mordaza" para los medios de comunicación.

La primera medida que Evo Morales tomará como el presidente del Estado Plurinacional será imponer una sólida mordaza a los medios de comunicación. A través de el Movimiento Al Socialismo (MAS) con mayoría en la Asamblea Nacional, aprobará en la cámara la Ley de Comunicación e Información, una legislación que garantiza el control político de la libertad de información.

Morales, trató el lunes de presentar la censura como una "lucha contra la mentira". "Deberíamos tener una nueva conducta, en vez de estar mintiendo, mejor educar al pueblo" aseguró.

Según publica  El Comercio , el presidente boliviano trató de disfrazar de constitucionalidad esta pretensión totalitaria, aludiendo al artículo octavo de su nueva Carta Magna: " Ama sua, ama qhilla, ama llulla : no seas ladrón, no seas mentiroso y no seas flojo, memoricen, pongan en su disco duro " les dijo a la prensa.

Pero el proyecto es mucho menos bienintencionado que esa "lucha contra la mentira" proclamada por Morales. En esencia, lo que busca prohibir es el secreto de la fuente de la información, amparada por la Ley boliviana de Imprenta de 1925 y que permite a los periodistas mantener oculta su fuente de información en determinadas circunstancias.

Se trata de una figura jurídica similar al Secreto Profesional español, que en Bolivia está contemplada en esta legislación que - dada su antigüedad - es susceptible de ser renovada. Pero lo que Morales propone es la supresión total de este escudo de protección al trabajo periodístico, no una modernización de la norma.

Gracias al control absoluto que tiene en la Asamblea Legislativa Plurinacional, llevará al ámbito del Código Penal los llamados delitos de imprenta. Es decir, cualquier periodista que, como pidió Morales no se sume a "la lucha contra el capitalismo y la defensa de la Tierra" será juzgado por la vía penal.

El pasado jueves, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sittel) enviaba a los medios de comunicación una circular reveladora. En ella, se advertía a los medios de "posibles consecuencias" por la emisión de contenidos que "aunque auténticos no sean oportunos o resulten inapropiados en las formas" con la revolución bolivariana.

El escándalo provocado por la amenaza directa que supuso esta circular, obligó al viceminsitro de la Presidencia, Sacha Llorenti, a calificar de "exabrupto" la misiva, y darla por anulada. No obstante, renunció a destituir al titular de la Superintendencia Jorge Nava, responsable del amenazante escrito.

Las asociaciones de prensa bolivianas no han pasado por alto el contexto en que se han producido estos movimientos. La prensa nacional da cuenta- mientras puede- de el peligroso "acto de simulación" de la actuación de Chávez con el cierre de RCTV, opositora manifiesta.

Las instituciones colegiadas declaraban al diario La Prensa : "No vamos apermitir que ninguna norma del presidente Evo Morales pretenda aprobar para regular el trabajo de los medios de comunicación, afecte o vulnere la libertad de expresión ni que se anule la Ley de Imprenta".

Pero la lucha se prevé dura. Sobre todo, por el temor que cunde en las redacciones desde la llegada de Morales. Según cifras oficiales que cita la cadena BBC , y del Observatorio Nacional de Medios, desde que el líder indigenista llegase al poder se han incrementado el nivel de violencia: más de 400 agresiones a periodistas, así como atentados contra medios de comunicación. De hecho, el de Morales es el Gobierno en el que se han registrado más agresiones contra los periodistas en Bolivia

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