Con 13 kilos menos, y visiblemente decepcionado, Javier Fernández Castillo ha decidido abandonar la huelga de hambre que mantenía desde hace 25 días. En este tiempo, se había instalado frente al Consulado de Cuba en Santiago de Compostela, acompañado por su compatriota Alex Sancesario.
Javier Fernández sabía que la dictadura cubana no liberaría a los 200 presos políticos cubanos. Ni que condenaría la muerte de Orlando Zapata. Pero que el Gobierno de la Xunta lo haya abandonado ha sido como un jarro de agua fría para el cubano.
“Esto es una vergüenza” cuenta Fernández a Libertad Digital, “Yo lo único que pedía es sensibilidad, que se condene como yo condeno cualquier otro tipo de terrorismo” asegura. En esta veintena de días, ha aguantado incluso la agresión de una mujer, pero para Fernández lo más doliente es haber estado casi un mes en el mismo barrio en el que reside el propio presidente gallego, Alberto Núñez Feijoó, y que haya incluso “obviado” su protesta.
“Ha pasado todos los días por delante de mí y ni siquiera me miró”, lamenta. Asegura que “yo no he pedido verle, simplemente, ha pasado por aquí”. Por ello, Fernández considera aún más escandaloso “que esto ocurra en el barrio de Feijoó”.
No lo han conseguido ni él, ni los vecinos del presidente gallego en el barrio compostelano de Casas Novas. La semana pasada le remitieron un escrito a Feijóo pidiendo que diera “apoyo institucional” a Javier Fernández, que por entonces llevaba veinte días sin comer ni beber, y viviendo a la intemperie frente al consulado cubano.
Además, crearon la Plataforma Galaico-Cubana Orlando Zapata, a través de la que se manifestaron todos los días para apoyar a Javier, exigiendo a la Xunta una “repercusión positiva” de estos actos.
A esta silencio al que se ha visto sometido Javier Fernández por la Xunta, se añade la cercanía del nacimiento de su hija, y la preocupación por el estado de salud de su mujer: “Ella ha entrado en depresión, y yo he decidido abandonar porque si precisamente lucho por los derechos humanos, no puedo dejarla así, sola”, indicó.
Aunque mantiene que “quería llevar esto al máximo” Javier reconoce que “las circunstancias me han obligado a dejarlo”. “Estoy cansado”, asegura, “no por la huelga, ni por descansar mal, estoy cansado porque no se ha oído mi denuncia”. Y lamenta: “No sé por qué este abandono y esta ignorancia, y todo queda así”.
Pero no es una rendición: “Voy a seguir luchando". Explica que hoy lo deja "por los problemas personales, pero si el día de mañana yo tengo que volver, lo haré”. Asume este paso como “un punto de partida”.
A Javier lo sostiene la firmeza de quien se sabe con argumentos. “Yo sé que lo que estoy demandando es respeto a los derechos humanos, y no hay nada malo en ello”, cuenta a LD. “Al pueblo cubano no le van a regalar la democracia, pero lo que pido es que tampoco se apoye a la tiranía desde aquí”, concluye Fernández.
Disidentes reclaman que el Parlamento gallego condene la dictadura
Por otra parte, este mismo martes un grupo de disidentes, entre ellos los ex prisioneros políticos Eduardo Vidal Franco y Omar Pernet Hernández, pidieron en el Parlamento gallego "una condena firme al gobierno cubano por el asesinato de Orlando Zapata Tamayo", fallecido el pasado 23 de febrero tras 85 días de huelga de hambre.
"Solicitamos al Parlamento gallego que apoye a la disidencia cubana para ver si terminamos ya con la dictadura que tenemos en Cuba, que lleva más de cincuenta años aplastando y desangrando a nuestra patria", comentó a Efe Pernet Hernández.
Entre los activistas que acudieron al Parlamento de Galicia figuró también el secretario general del Movimiento Popular cubano, Francisco Bacallao García, militante del PP de España, quien solicitó a esa formación, que gobierna en Galicia, que "apoye y condene la violación de derechos humanos en Cuba". Bacallao García afirmó que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que es también del PP, está "apoyando" la petición en favor del respeto de los derechos humanos en Cuba .