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Francia cuestiona a su primer ministro Villepin por estar implicado en un montaje contra Sarkozy

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, tendrá que declarar ante los jueces sobre su papel en la existencia y la divulgación de una lista (que resultó un montaje) con políticos, y en particular Sarkozy, a los que se acusaba de haber recibido comisiones ilegales. En una entrevista publicada este sábado por Le Figaro, De Villepin ha declarado que no ve "la necesidad" de remodelar su Gobierno. También han acusado al presidente Chirac de estar implicado en este escándalo pero ha desmentido "categóricamente" haber encargado investigar a políticos.

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, tendrá que declarar ante los jueces sobre su papel en la existencia y la divulgación de una lista (que resultó un montaje) con políticos, y en particular Sarkozy, a los que se acusaba de haber recibido comisiones ilegales. En una entrevista publicada este sábado por Le Figaro, De Villepin ha declarado que no ve "la necesidad" de remodelar su Gobierno. También han acusado al presidente Chirac de estar implicado en este escándalo pero ha desmentido "categóricamente" haber encargado investigar a políticos.
L D (EFE) La continuidad del primer ministro francés, Dominique de Villepin, que dice no contemplar una remodelación de su Gobierno, está amenazada por una posible comparecencia judicial para esclarecer su implicación en las intrigas contra el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. "No veo la necesidad" de remodelar el Gobierno, afirmó Villepin, cuando se daba por hecho que el jefe del Gobierno tendrá que declarar ante los jueces sobre su papel en la existencia y la divulgación de una lista -que resultó un montaje- con políticos, y en particular Sarkozy, a los que se acusaba de haber recibido comisiones ilegales.

Citando fuentes judiciales, "Le Parisien" señaló que los magistrados instructores Jean-Marie d'Huy y Henri Pons tienen intención de interrogar a Villepin y, como el resto de la prensa, duda de que pueda mantenerse al frente del Gobierno y da cuenta de las cábalas sobre las posibles salidas a esta crisis política. A falta de comentarios oficiales, los periódicos se limitaron a rumores sobre los posibles sustitutos, en particular el actual ministro del Empleo, Jean-Louis Borloo, mientras algunas voces en el Partido Socialista y en la centro-liberal Unión por la Democracia Francesa (UDF) llegaron a reclamar la dimisión de Jacques Chirac y adelantar las elecciones presidenciales, previstas dentro de un año.
 
Villepin se muestra dispuesto a colaborar con la Justicia

El primer ministro Villepin se mostró dispuesto a colaborar con la justicia, que a su juicio "debe evidentemente poder hacer todo su trabajo respetando nuestras reglas constitucionales y teniendo en cuenta el imperativo de continuidad del Estado y las exigencias del secreto de defensa". Una forma implícita de advertir que una eventual convocatoria judicial o un registro en la residencia de Matignon no tienen por qué obligarle a renunciar a su cargo, sobre todo porque persiste en que no tiene nada que reprocharse.

Pese a las confesiones del general de los servicios secretos Philippe Rondot, en el sentido de que Villepin le encargó, por instrucción de Chirac, que investigara a las personalidades entre las que estaba Sarkozy, de la lista de beneficiarios de las "comisiones Clearstream", el primer ministro lo negó una vez más. Villepin explicó que como titular de Exteriores encargó a Rondot a comienzos de 2004 que investigara "ciertas redes de intermediarios", pero "en ningún momento fue cuestión de interesarse por ninguna personalidad política". Chirac hizo ayer lo mismo al negar en un comunicado "haber pedido la más mínima investigación sobre políticos cuyos nombres hayan podido ser mencionados" en el caso Clearstream.
 
El Partido Socialista considera este escándalo un "asunto de Estado"

Nicolas Sarkozy, que en las últimas horas ha preferido guardar silencio, se encuentra en una situación paradójica ya que de una parte las revelaciones de esta semana lo presentan como la principal víctima de un intento de desestabilización de su propia mayoría, pero, desde el punto de vista de sus ambiciones políticas, no le conviene una nueva crisis del actual Gobierno conservador.

Sarkozy fue recibido el pasado jueves por Villepin, quien según "Le Parisien" le admitió que sabía antes de que se hiciera público que su nombre figuraba en la lista de los presuntos beneficiarios de comisiones ilegales, pero justificó que no le advirtiera porque también aparecían otras personalidades, como el ex primer ministro socialista Laurent Fabius.

Y sobre todo, el actual primer ministro le insistió en que ni como titular de Exteriores ni de Interior había encargado a los servicios secretos que investigaran sobre él, sino que su intención era sacar a la luz las redes de blanqueo en contratos de armamento, y de entrada había descartado las pesquisas sobre las personalidades aparentemente incriminadas. Sea como fuere, el Partido Socialista no duda en calificar este escándalo de "asunto de Estado" -"detestable", en palabras de su primer secretario, Francois Hollande- y en cuanto vuelvan de sus vacaciones la próxima semana, sus diputados y senadores exigirán la creación de una comisión de investigación parlamentaria.

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