LD (Agencias) La huelga de transportes convocada por diversos sindicatos franceses está siendo seguida de manera amplia. Las centrales han convocado este paro en protesta por la intención del Gobierno de reformar el modelo de acceso a la jubilación de varias categorías laborales, como los empleados de empresas de transporte, de la energía y los secretarios de notarías.
Los sindicatos habían anticipado que la huelga tendría una fuerte repercusión. El paro comenzó a las 20.00 hora local de este miércoles y se prolongará hasta las 8.00 hora local de este viernes. A primeras hora de la mañana de este jueves, en el momento más complicado por el acceso al trabajo de millones de franceses, la huelga afectaba, cuando no paralizaba, los transportes públicos en las veintisiete localidades en las que estaba convocada.
La compañía pública de ferrocarriles, la SNCF, esperaba cumplir las previsiones, que como mucho suponen prestar 46 de los setecientos servicios del tren de alta velocidad y apenas unos cuantos para unir París con Londres, Bruselas, Amsterdam y Colonia. Las líneas regionales de trenes también están muy afectadas por la convocatoria sindical.
La situación es más complicada en París, donde, con excepción de una línea de metro automática, el resto funciona de manera reducida, con un tercio del servicio en el mejor de los casos. En la capital francesa sólo funcionan uno de cada diez autobuses, mientras que el tráfico de automóviles en la región es el doble que en un día normal, según la Policía, que ha informado de numerosos atascos. Además, numerosos ciudadanos han recurrido a la bicicleta como medio alternativo dentro de la ciudad.