LD (Agencias) En los 45 minutos de discurso, el más largo de los hasta la fecha pronunciados por Nasrala, el máximo responsable de los terroristas llamados el Partido de Dios, también acusó a Israel de librar una guerra psicológica "plagada de mentiras", destinada a aterrorizar y desmoralizar a la población libanesa. El líder terrorista ha afirmado también que el Líbano nunca formará parte del "nuevo Oriente Medio" que preconiza EEUU.
Nasralá ha respondido a Olmert y ha indicado que el actual jefe del Gobierno israelí "es el peor y el más tonto de los primeros ministros que ha tenido Israel. Más que (Ariel) Sharon o (Menachem) Beguin", afirmó. El joven clérigo también envió un duro mensaje a la Administración estadounidense, a la que culpó de la actual guerra. Nasrala advirtió que el Líbano "jamás pertenecerá a EEUU o a Israel, ni formará parte de ese nuevo Oriente Medio que trata de imponer (la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza) Rice y (el presidente estadounidense, George) Bush".
"Atacáis nuestras ciudades, pueblos, civiles , nuestra capital. Reaccionaremos, en el momento en que decidáis detener la campaña contra nuestra ciudades, pueblos y civiles, detendremos el lanzamiento de mísiles a los asentamientos israelíes", prometió. Además, Nashralá aseguró que los combates por tierra entre Israel y los terroristas libaneses son cada vez más y más violentos, y que los milicianos están "luchando hasta el último aliento y la última bala". El dirigente calificó de "milagrosa" la capacidad de los terroristas de contener la ofensiva terrestre del Ejército israelí y aseguró que están teniendo éxito en su objetivo de provocar "las máximas víctimas" entre las tropas israelíes.
Sin ocultar su regocijo, ironizó sobre la unidad de fuerzas especiales que días atrás asaltó en plena noche un edificio de la ciudad de Balbeck, en el valle oriental de la Bekaa. "Cayeron sobre un hospital en el que únicamente había civiles y capturaron a uno al que creían Hasan Nasrala", afirmó. Horas después de aquella operación, el primer ministro israelí Ehud Olmert, aseguró que la acción quería demostrar a Hezbolá que el Ejército judío podía actuar "en cualquier punto" del Líbano.