LD (EFE) El general en jefe del Ejército, Ryamizard Ryacudu, declaró que para garantizar la estabilidad del país frente a la amenaza de grupos terroristas y separatistas, unos 350.000 soldados serían el mínimo suficiente para mantener la seguridad de las más de 17.000 islas del país. Sin embargo, reconoció que la cifra ideal para lograr ese objetivo debería sumar el medio millón.
El Ejército indonesio mantiene miles de efectivos desplegados en la provincia de Aceh, al norte de la isla de Sumatra, donde el separatista Movimiento para la Liberación de Aceh (GAM) libra desde 1976 una guerra que ha acabado con la vida de más de 11.000 personas. La presencia militar en ese antiguo sultanato se incrementó a partir de mayo de 2003, cuando las Fuerzas Armadas iniciaron la mayor de sus ofensivas para diezmar al GAM, que lucha por la formación de un estado islámico independiente en la provincia.
El otro frente que exige los esfuerzos del Ejercito se encuentra en la provincia de Papúa, donde la guerrilla separatista se mantiene activa desde hace unos cuarenta años. Los soldados indonesios ocuparon esa isla, antigua colonia holandesa, en 1963 y la anexión fue reconocida internacionalmente en 1969 tras un referéndum auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas pero condenado por numerosos grupos de derechos humanos