L D (EFE) La ola de violencia en Irak ha obligado al presidente de Irak, Yalal Talabani, a convocar a los ulemas de todas las confesiones para participar en una conferencia con el objetivo de reforzar el diálogo nacional y reducir las tensiones entre ambas confesiones. El mandatario, que pidió a los iraquíes fortalecer la "unidad nacional", volvió a condenar el atentado contra un importante santuario chií en Samarra y los consiguientes ataques contra mezquitas suníes.
Talabani también acordó reforzar las medidas de seguridad y de control para proteger los lugares de culto de todas las religiones, especialmente en la ciudad de Samarra, al norte del país. Según la Policía iraquí, los ataques contra decenas de mezquitas suníes en Bagdad "fueron cometidos por gente enfurecida por lo sucedido en Samarra", dando a entender que habían sido perpetrados por fieles chiíes.
Alí al-Sistani, gran ayatolá y máxima autoridad religiosa del chiísmo iraquí, pidió a los fieles que se manifestaran de forma pacífica mientras que el primer ministro, el chií Ibrahim al-Yafari, pidió a los ciudadanos a mantenerse unidos contra los "terroristas".
El presidente estadounidense, George Bush, hizo un llamamiento a la calma a los ciudadanos iraquíes y en un comunicado afirmó que "los terroristas en Irak han demostrado nuevamente que son los enemigos de todas las confesiones y de toda la humanidad". "Este crimen sin sentido es una afrenta contra toda la gente creyente de todo el mundo", declaró el presidente, quien subrayó que "EEUU condena este acto cobarde en los términos más contundentes posibles".
Tres periodistas de Al-Arabiya asesinados
Por otro lado, el canal de televisión saudí por satélite Al-Arabiya informó del asesinato de tres de sus periodistas, una reportera y dos cámaras, en Samarra. La emisora no dio a conocer más detalles sobre lo sucedido, pero fuentes policiales iraquíes aseguraron que los tres informadores, todos iraquíes, habían sido secuestrados el miércoles.
Se trata de la periodista, Atuar Bahgat, y dos cámaras, Adnan Abdala y Jaled Mohsen, que fueron secuestrados junto con un compañero cuando viajaban a Samarra para cubrir los sucesos que siguieron al atentado del miércoles contra un santuario venerado por los chiíes en esa ciudad. Las fuentes iraquíes indicaron que el cuarto compañero, un cámara, consiguió huir de sus captores.
Mientras tanto, el portavoz del Ministerio de Interior, Osama Saad, ha informado este jueves que la Policía iraquí ha encontrado en las últimas 24 horas los cadáveres de 58 personas asesinadas en Bagdad y sus alrededores, todas con un disparo en la cabeza. De estos 58 cuerpos, pertenecientes todos a árabes suníes, 52 fueron hallados el miércoles en varios barrios de la capital, mientras que el resto fueron encontrados en el área de Abú Deshier, al sur de la capital. El portavoz vinculó esos asesinatos a las represalias de los musulmanes chiíes tras el atentado en Samarra.