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Jiménez no condena el asesinato porque "no hay suficientes datos"

Unas horas han bastado para que Trinidad Jiménez haya cambiado de discurso. Si esta mañana era  tibia con Rabat, tras el Consejo de Ministros presidido por Rubalcaba ha cambiado de tono. Afirmó que han pedido "explicaciones urgentes" por la muerte del español. Pero sigue sin condenar los hechos.

Trinidad Jiménez que ha comparecido tras el Consejo de Ministros parecía otra ministra de la que esta misma mañana daba su apoyo a Rabat, dando la espalda a los periodistas detenidos de la SER.

Por obra y gracia de las críticas recibidas, el discurso ha cambiado, y ahora Trinidad Jiménez ha asegurado que el Gobierno ha solicitado a Marruecos "esclarecer las circunstancias de la muerte del ciudadano español Baby Hamday Buyema" decía la ministra, subrayando el "compromiso de España con los derechos humanos".

Ante las preguntas de esRadio, que le inquirían por qué "lamentaba" pero no "condenaba" el asesinato del ciudadano español, Jiménez se respaldó en que "no tenemos suficientes datos" para corroborar lo ocurrido. Se excusó diciendo que "ningún otro gobierno ha condenado, porque hay un flujo de informaciones contradictorias, y no se conoce el recuento". Se le olvidó mencionar que, precisamente no se conoce una cifra de muertos certera, porque son las autoridades marroquíes quienes impiden que se lleve a cabo investigación alguna. "Confiamos en la investigación que está desarrollando Marruecos", quiso zanjar.

Mucho menos sonriente que en su esplendoroso viaje por Iberoamérica, Trinidad Jiménez proclamaba con solemnidad: "El Gobierno rechaza la violencia como método para resolver cualquier tipo de conflicto". La ministra anunció que esta mañana habían presentado un informe sobre la situación del Sáhara Occidental, y que trasladaba el sentimiento del Ejecutivo: "lamentamos la pérdida de vidas humanas...de ambas partes" concretó.

Después del plantón a la libertad de información, con su respaldo a Rabat y menosprecio a los periodistas detenidos, Jiménez no ha podido menos que rectificar. "Pedimos a las autoridades marroquíes el acceso a los medios de comunicación españoles para que pueden trabajar con total transparencia" y quiso "trasladar" su "solidaridad a los periodistas españoles y apoyar su labor". Hace unas horas, la ministra espetó que no habían sido "detenidos" sino que Rabat sólo les pidió "que fueran a comisaría".

Trinidad Jiménez subrayó la necesidad de la libertad periodística, exigiéndole algo más a Rabat: "Pedimos que se le devuelva la acreditación correspondiente al periodista de ABC".

Además, la responsable de Exteriores hizo gala de "la buena relación y participación activa que siempre hemos tenido en el grupo de amigos del Sáhara" y renovó su "firme compromiso para que el pueblo saharaui adquiera su autodeterminación".

¿Quiere esto decir que la ministra ha tomado parte por los saharuis? No. No no todo han sido buenas noticias en la política exterior española. Tras toda esta serie de anuncios más o menos positivos, y el cambio de actitud, la ministra también ha sentido la necesidad de explicar cuál es nuestra política al país vecino: "Para nosotros, la relación del gobierno es un tema de Estado", y añadió que "tenemos muchos intereses, económicos, estratégicos, que debemos respetar. Basados en las razones de seguiridad, de gestión de flujos económicos". Y subrayó: "Para España, Marruecos es prioridad en política exterior. Marruecos es un actor esencial, es un socio clave en la región", remató.

La rueda de prensa ha transcurrido como una auténtica lluvia de críticas a la gestión de la ministra. El reciente estreno de su cargo no le ha valido como paraguas para que la prensa le llamase la atención sobre ciertas incoherencias, como el hecho de que no regresase de su viaje por Iberoamérica. "Ser ministra de Exteriores implica cubrir todos los países, incluidos Bolivia y Ecuador" y además se quejó de que ha estado fuera "tres días, exactamente tres días fuera de España" reduciendo el alcance de su gesto.

Tampoco le ha gustado a Trinidad Jiménez que los periodistas le preguntaran por la oportuna visita de Moratinos a Argelia. Su evidente relación con el conflicto del Sáhara desató las suspicacias, viendo al ex ministro como un "enviado" de Zapatero, que acudía para tratar de calmar los ánimos. Estas especulaciones no le han gustado nada a la ministra que ha hecho visible su enfado negando que "Moratinos haya ido allí a tratar nada relacionado con el Sahara" de hecho, ha remitido a la prensa a consultar lo publicado en los diarios del país: "Verán que no hay nada, nada, nada" insistía "nada sobre el Sáhara, y sí sobre la cumbre del Mediterráneo, que es lo que fue a abordar

 

 

 

 

 

 

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