L D (EFE) El senador John Kerry busca continuar su racha triunfal en las elecciones primarias de este martes en Tennessee y Virginia, mientras el Partido Demócrata quiere forjar un frente unido detrás de su casi seguro candidato a la presidencia de EEUU. Kerry, un héroe de guerra, logró un trío de victorias en Michigan, Washington y Maine este fin de semana, y las últimas encuestas de intención de voto le dan una clara ventaja en Tennessee y Virginia, dos estados sureños que suman 151 delegados.
Kerry ha ganado en 10 de los 12 estados que han celebrado primarias o caucus (asambleas de partido) desde el mes pasado, cosechando 409 delegados del total de 2.161 que se requieren para lograr la candidatura presidencial del partido. De paso, el senador por Massachusetts ha conseguido el apoyo de un creciente número de figuras políticas, entre ellas los gobernadores de Maine, John Baldacci, y de Virginia, Mark Warner, y el ex senador George Mitchell. El ex gobernador de Vermont, Howard Dean, otrora favorito en las encuestas antes del inicio de las primarias pero que ahora va camino de una posible retirada, ocupa el segundo lugar con un total de 174 delegados.
No obstante, algunos expertos dudan de que logre aumentar esa cifra en las primarias del sur del país. Una victoria de Kerry en el sur perjudicaría las campañas del senador John Edwards y del ex general Wesley Clark, ambos sureños. Edwards y Clark han acumulado 116 y 82 delegados, respectivamente. La fuerza de Kerry se debe en parte a que, pese a luchas internas sobre el rumbo del partido, los demócratas están cada vez más convencidos de que éste es el candidato que puede derrotar a Bush en los comicios del próximo 2 de noviembre. Los demócratas quieren evitar a toda costa que Bush gane la reelección, por lo que invierten mucho tiempo, dinero y energía para destacar lo que consideran una precaria situación social desde que asumió el poder en enero de 2001.