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La dictadura de Bielorrusia amenaza con reprimir con dureza las manifestaciones de la oposición

Los servicios de seguridad de la dictadura bielorrusa han recibido la orden de reprimir con dureza cualquier manifestación organizada por la oposición durante las elecciones presidenciales del próximo domingo. Yuri Podobed, jefe de los destacamentos antidisturbios, declaró que "a los representantes de la oposición que salgan a la plaza el diecinueve de marzo para expresar su `indignación democrática´ los tumbaremos de cara al asfalto". El actual jefe de Estado desde 1994, Alexandr Lukashenko, se presenta como incuestionable favorito de los comicios calificados de antemano como amañados.

LD (EFE) En una entrevista concedida al semanario Obozrevatel, el jefe de los destacamentos antidisturbios de Bielorrusia, Yuro Podobed, dijo que las fuerzas del orden reprimirán con dureza cualquier posible manifestación opositora durante las elecciones presidenciales del próximo domingo.
 
Podibed declaró que "a los representantes de la oposición que salgan a la plaza el 19 de marzo para expresar su 'indignación democrática' los tumbaremos de cara al asfalto. En esa posición podrán indignarse con mayor fuerza y pasión para que los oiga prácticamente el mundo entero". Al mismo tiempo, aseguró, que las fuerzas del orden se comportarán de un modo "correcto" y no recurrirán a detenciones masivas.
 
En una conferencia de prensa celebrada la semana pasada, el actual jefe de Estado, Alexandr Lukashenko, dijo que "no hay necesidad de usar instrumentos antidemocráticos y recursos administrativos. No nos encontramos en una situación en la que haya que retener el poder por la fuerza".
 
Lukashenko, en el poder desde 1994, recordó que hasta los sondeos de intención de voto realizados por la oposición le otorgan más del sesenta por ciento de los votos, mientras que el resto de candidatos se quedaría en entre el cinco y el siete por ciento. Por ello, se preguntó: "Para qué, dada la situación, Lukashenko falsificaría las elecciones, si de los electores que acudan a las urnas recibiré el apoyo del 78 por ciento".
 
Lukashenko, que mantiene un pulso con EEUU, que le considera el "último dictador de Europa", cuenta con el apoyo de los campesinos y ancianos, que reciben puntualmente sus pensiones, más altas que en Rusia. El descontento contra el presidente bielorruso se concentra en la capital, Minsk, y la parte sur y oeste del país, limítrofes con Polonia y Lituania.

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