LD (EFE) Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han revisado, al seno del Consejo de la UE, la "Posición Común" que "Los Veintisiete" han adoptado ante la dictadura de Fidel Castro. Los asistentes han aprobado sin cambios un documento de conclusiones previamente pactado a nivel diplomático.
En el texto, los ministros constatan que "el régimen político, económico y social de Cuba sigue siendo básicamente el mismo", pero asume que "la primera transferencia de poderes temporal en 48 años, de Fidel Castro a un colectivo de dirigentes encabezado por su hermano Raúl Castro, constituye una novedad".
Así, los ministros anuncian que están dispuestos a entablar un diálogo político con el régimen cubano que incluya entre otras "las esferas política, de derechos humanos, económica, científica y cultural" y se base en la "reciprocidad y la no discriminación". El texto final establece que "para sondear la posibilidad de entablar este diálogo, se invitará a Bruselas a una delegación cubana". En paralelo, la UE reiteró su deseo de mantener el "diálogo con la sociedad civil" y de ofrecerle "apoyo práctico en pro de un cambio pacífico en Cuba".
Fuentes diplomáticas resumieron que "Los Veintisiete" están ofreciendo una doble interlocución con el régimen y la oposición cubana. Esa intención data de enero de 2005 cuando, a propuesta de España, se "congelaron" las sanciones diplomáticas contra Castro adoptadas en 2003 tras la llamada "Primavera negra". Así, el documento de conclusiones adoptado no hace mención a estas medidas, que Cuba considera un obstáculo para normalizar sus relaciones con la Unión.
No obstante, en las conclusiones la UE deplora que "la situación de los derechos humanos no ha cambiado en esencia, pese a una reducción en el número de presos políticos y de actos de acoso" y vuelve a reclamar la liberación de todos los encarcelados.
En las negociaciones previas, la presidencia alemana en turno llegó a plantear la eliminación unilateral de las sanciones, una idea respaldada por España, pero que no prosperó por la oposición de Reino Unido, República Checa, Irlanda o Bélgica.