Elena Bonner, la viuda del Premio Nobel de la Paz 1975 Andréi Sájarov, acusó al Comité Nobel Noruego de violar sus propias normas por motivos políticos al conceder este galardón al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Para que Obama recibiera legalmente este premio, cuya concesión se comunicó el viernes, su candidatura debió ser presentada "en el curso de apenas diez días después de su investidura como presidente", el pasado 20 de enero , o incluso durante su campaña electoral, denunció Bonner en un artículo de opinión publicado en el diario digital ruso " Grani.ru ".La activista de los derechos humanos recordó que el reglamento de los Premios Nobel de la Paz establece que "se admiten a estudio las candidaturas presentadas no más tarde del 1 de febrero del año de adjudicación".
Como ejemplo, recordó que el 8 de febrero de 1978 su marido promovió al Nobel de la Paz a un grupo de defensores de los derechos humanos soviéticos , pero el Comité noruego declinó sus candidaturas justo por haber vencido una semana antes el plazo de nominaciones.
El Comité Nobel anunció que premia a Obama por sus "esfuerzos extraordinarios para reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos", concediendo especial importancia a su visión y trabajo por "un mundo sin armas nucleares".
" Como muchos otros, estoy asombrada , pues Barack Obama no tuvo tiempo de hacer (hacer, no declarar) nada de esto en los primeros días de su mandato", indicó la que fue compañera del autor de la bomba de hidrógeno soviética y el más famoso disidente de la URSS.
Con todo, subrayó que no quiere comentar los éxitos o fracasos de Obama en materia de desarme o en Oriente Medio, ni su rechazo -para no irritar a China- a celebrar un encuentro con el Dalai Lama , con el que ahora comparte el selecto club de los laureados.
"Más que a Obama, mis observaciones se refieren al Comité Nobel del Parlamento noruego , al que no tengo respeto tras la adjudicación del premio de 2009 y de otros galardones en el pasado", indicó Bonner en su artículo.
La activista, que reside en EEUU, agregó que le asombra "con qué facilidad los políticos, financieros y grandes empresarios se saltan hoy en día las normas morales, éticas y jurídicas en aras de los beneficios políticos, partidistas o meramente personales".