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Los laboristas de la primera ministra Clark ganan por un escaso margen las elecciones de Nueva Zelanda

El Partido Laborista de la primera ministra, Helen Clark, logró un 41 por ciento de los votos en las elecciones generales de este sábado en Nueva Zelanda, frente a un 40 por ciento del conservador Partido Nacional, lo que no permite asegurar quién formará Gobierno.

El Partido Laborista de la primera ministra, Helen Clark, logró un 41 por ciento de los votos en las elecciones generales de este sábado en Nueva Zelanda, frente a un 40 por ciento del conservador Partido Nacional, lo que no permite asegurar quién formará Gobierno.
L D (EFE) Con el 99,9 por ciento de los votos escrutados, los laboristas, que llevan seis años –dos mandatos– en el gobierno obtendrían 50 de los 120 escaños parlamentarios, seguidos del Nacional con 49 diputados, (aunque por el sistema de atribución electoral neozelandés se ampliará en dos el número de escaños atribuidos).
 
Estos resultados tienen en cuenta el voto por lista de partidos y por circunscripciones con candidato único por partido, de acuerdo con el sistema electoral mixto de Nueva Zelanda, pero falta por contabilizar una pequeña proporción, los votos especiales (emitidos hoy en colegios distintos al de un elector).
 
El líder del opositor Partido Nacional, Don Brash, dijo poco después de conocerse estos datos que "no clamo victoria pero no reconozco la derrota", ante el ajustado resultado de las elecciones. "En los próximos días y semanas habrá dos procesos importantes, el recuento de los votos especiales y las negociaciones para formar una coalición, y no está claro quién podrá hacerlo", afirmó Brash desde la sede de su partido. "Trabajaremos duro para formar un Gobierno encabezado por el Partido Nacional", dijo un exultante Brash, quien dijo que su formación casi había doblado los votos obtenidos en las anteriores elecciones de 2002. La primera ministra Clark todavía no ha comparecido en la sede del Partido Laborista.
 
Si el Partido Nacional formase Gobierno, Nueva Zelanda adoptaría un rumbo muy diferente al que ha seguido en seis años de laborismo, con una revisión del estatus desnuclearizado del país, mejores relaciones con la administración de Bush, y en el plano interno la eliminación de los privilegios concedidos a la población maorí.
 
 

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