La historia, la desvela El País: las tropas españolas reparten el libro de Saint-Exupéry en Afganistán, las obras están traducidas al dari, un dialecto del farsi hablado en ese país. La iniciativa parte de una particular, una mujer llamada Fuencisla Gozalo.
Ella coleccionaba ejemplares en todos los idiomas del mundo, que buscaba por todos los rincones. Hasta que conoció la historia de un traductor afgano, Ghulam Sakhi Ghairat, que en los 70 hizo la traducción del libro en dari. Gozalo le contó a la ministra de Defensa que nunca llegó a venderse, y había decenas de cajas en su casa. Durante la guerra bombardearon la vivienda del traductor y los libros ardieron –él estaba en Nueva York-. Y quiso, en cierto modo "rescatarlos".
"El día de mi cumpleaños le pedí a mis amigos que, en lugar de hacerme un regalo, me ayudaran a financiar una edición de El Principito en dari para repartirlo entre las mujeres y los niños afganos", cuenta Fuencisla a El País. Así, con la financiación de sus amigos sacó una tirada de 5.000 ejemplares de la traducción de Sakhi .
"Para repartirlos pensé que podía ayudarnos nuestro Ejército", explica, "y le envié una carta a la ministra" para poder repartirlos allí, ya que consideró que "Badghis es una provincia muy necesitada, y si no constituye un peligro para nuestros soldados creo que sería bueno que se encargasen de su reparto en escuelas, bibliotecas, entre las mujeres y los niños" le pidió a Defensa.
Al Ministerio le pareció una idea estupenda, y le dio a sus soldados la obra para que la distribuyeran, con la atenta mirada de Gozalo, que viajó hasta Afganistán para ver cumplido su sueño.