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Martín Alonso: "El 11 de septiembre no cambió el mundo, fue la demostración de cuánto habíamos cambiado"

Gota a Gota ha presentado en Madrid su última publicación: Doce de septiembre, un libro del novel escritor Martín Alonso. El autor novel parte de la experiencia de contemplar dos aviones de línea estrellados contra las Torres Gemelas el 11-S y de comprobar que desde los amigos hasta medios e intelectuales adoptaban una actitud irracional contra Occidente. Martín Alonso considera que en este sentido, "el 11 de septiembre no cambió el mundo. Fue la demostración de cuánto habíamos cambiado".

Gota a Gota ha presentado en Madrid su última publicación: Doce de septiembre, un libro del novel escritor Martín Alonso. El autor novel parte de la experiencia de contemplar dos aviones de línea estrellados contra las Torres Gemelas el 11-S y de comprobar que desde los amigos hasta medios e intelectuales adoptaban una actitud irracional contra Occidente. Martín Alonso considera que en este sentido, "el 11 de septiembre no cambió el mundo. Fue la demostración de cuánto habíamos cambiado".
(Libertad Digital) La presentación del libro corrió a cargo de Miguel Ángel Cortés, que ve en Doce de septiembre un libro "lúcido y valiente". Cortés explica que en su opinión "es un libro contracorriente. Hace tres años que leí el primer manuscrito y por lo ocurrido desde entonces, me he dado cuenta de hasta qué punto es difícil ir contracorriente hoy en España". Como ejemplo Cortés ha puesto al propio libro, que no ha encontrado editorial en este tiempo, mientras que "en tres años han aparecido infinidad de libros sobre Guantánamo y relatando varios crímenes, siempre que fueran de Occidente".
 
Finalmente, Cortés considera que "es un libro popperiano", en el sentido de que "el maestro Popper" explicó que "la tolerancia ilimitada" lleva a la anulación y la derrota de quienes defienden ese valor frente a los intolerantes. Éste es un libro combativo frente a ellos. Pero es un relato de lo que Martín Alonso considera "una guerra civil occidental", de una parte de nuestra cultura, que abomina de ella y desea destruirla, frente a otra parte que se siente identificado con los valores y las libertades de Occidente.
 
El propio autor explicaba su posición comenzando a hablar del inspirador de la sociedad yihadista Hermanos musulmanes, Sayyid Qutb. Qutb viajó a mediados de siglo a un pequeño pueblo de Estados Unidos, "con unas costumbres puritanas". Pero Qutb se escandalizó al ver la vida que llevaban y escribió que su objetivo a partir de entonces sería destruir a los Estados Unidos y a los occidentales. E inocular el odio a los musulmanes, y el deseo de destrucción de las sociedades libres. Alonso ha concluido en la presentación de su libro que "los medios, la cultura (ahora se considera cultura a la gente que canta, actúa, imita...) se parece cada vez más a Sayyid Qutb que a cualquier cosa".
 
No obstante, no escribo en este libro sobre la Yihad, dijo Martín Alonso, "porque realmente no es nuestro problema", sino esa guerra civil occidental, "que no es cruenta, pero no menos virulenta". El autor puso un ejemplo de "Hollywood, mi colección de cretinos favorita", para mostrar la impostura de esa parte de las sociedades libres que son críticas con nuestra cultura. Michael Moore, Shean Penn, Susan Sarandon "anunciaron unas jornadas de ayuno voluntario en protesta por la Guerra de Irak. Podría ser que tuvieran razones en su reivindicación, pero su protesta consistía en mantener turnos de medio día frente a la Casa Blanca, de tal modo que al desayuno va uno, a la comida otro, etc". A su juicio "es un ejemplo de la sociedad en la que vivimos. Una especie de parodia".
 
Otro ejemplo es la quintaesencia del progresismo americano, el New York Times, que cuando la crisis de las caricaturas de Mahoma, a comienzos de año, "se pasó una semana explicando porqué sería irresponsable e indecente mostrar las caricaturas de Mahoma". Esos días "había una exposición en el museo de arte contemporáneo de Nueva York. Pieza una virgen cubierta de una mierda de elefante. Mientras se dedicaba a editorializar sobre el necesario respeto a la religión musulmana, le dedicó su semanal a la exposición y a la pieza de la Virgen".
 
A su juicio, "Occidente ha sido aplastado por su voluntad constante de la autoparodia", cuyo lenguaje "es lo políticamente correcto, y que tiene como dogma el multiculturalismo". Este problema, esta división sobre el valor y la necesidad de nuestra cultura no se inició con el atentado terrorista a las Torres Gemelas, en su opinión. "El 11 de septiembre no cambió el mundo. Fue la demostración de cuánto habíamos cambiado", dice, y lo compara con el saqueo de Roma, que no fue causa sino síntoma de la decadencia de esa civilización.
 

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