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Más de cien suníes asesinados en represalia por el atentado contra el santuario de Samarra

Más de cien árabes suníes han aparecido muertos en distintos puntos de Irak en las últimas horas, en una peligrosa escalada de la violencia sectaria que hasta el momento se había cebado principalmente contra la comunidad chií iraquí. El Gobierno iraquí ha decidido suspender los permisos de todos los policías y soldados ante la gran tensión que vive el país desde el ataque de este miércoles contra el mausoleo del imán Ali al-Hadi en Samarra, uno de los doce santuarios más sagrados para los chiíes de todo el mundo.

Más de cien árabes suníes han aparecido muertos en distintos puntos de Irak en las últimas horas, en una peligrosa escalada de la violencia sectaria que hasta el momento se había cebado principalmente contra la comunidad chií iraquí. El Gobierno iraquí ha decidido suspender los permisos de todos los policías y soldados ante la gran tensión que vive el país desde el ataque de este miércoles contra el mausoleo del imán Ali al-Hadi en Samarra, uno de los doce santuarios más sagrados para los chiíes de todo el mundo.
L D (EFE) El Partido Islámico Iraquí, el principal suní, así como la Comisión de Ulemas, máxima autoridad religiosa de esta comunidad (20 por ciento de los iraquíes) han anunciado su boicot a las conversaciones para la formación de un Gobierno liderado por los chiíes de la Alianza Unida Iraquí (AUI).

El miedo al conflicto sectario abierto es patente en Irak, con religiosos de uno y otro lado que se acusan mutuamente por el deterioro de la situación. "La Comisión de Ulemas apunta su dedo acusador contra ciertas autoridades religiosas chiíes por haber convocado manifestaciones", dijo este jueves el portavoz de esta comisión, Abdesalam al Kubeisi, en clara referencia a los llamamientos de este miércoles de la máxima autoridad chií, Ali al Sistani, a manifestaciones para condenar el ataque de Samarra.

En las últimas 24 horas se han encontrado al menos 109 cadáveres de suníes asesinados a sangre fría, algunos de ellos en episodios escalofriantes, como los once reclusos de la cárcel de Basora sacados a la fuerza de sus celdas la noche de este miércoles y asesinados. La matanza más reciente es la de la ciudad de Nahrauan, a unos veinte kilómetros al este de Bagdad, donde han aparecido asesinados, en la cuneta de una carretera de esta ciudad de población mayoritariamente chií, 40 cadáveres de suníes.

Los grupos suníes han denunciado la quema de más de cien mezquitas pertenecientes a esta comunidad desde el atentado del miércoles contra el santuario de Samarra, que no dejó víctimas pero destrozó por completo la famosa cúpula dorada que lo cubre. Entre los cadáveres hallados este jueves están los de una reportera y dos cámaras del canal de televisión saudí Al Arabiya, secuestrados ayer cerca de Samarra por un grupo de hombres armados.

Los principales líderes políticos y religiosos iraquíes han instado repetidamente a los iraquíes a mantenerse unidos y han advertido de que el ataque contra el templo chií tenía como objetivo "incitar un conflicto interconfesional en el país". Al Kubeisi, el portavoz de la Comisión de Ulemas, denunció que ha habido 168 mezquitas suníes atacadas en las últimas horas, además de diez clérigos de esta rama islámica asesinados.

El Partido Islámico ha anunciado no solo su boicot a las conversaciones de formación de Gobierno previstas para este jueves, sino también a cualquier reunión tendente a calmar la situación a menos que los partidos chiíes condenen los ataques contra las mezquitas suníes, según dijo Rachid Al Azaui, portavoz del partido.

Tareq Hachemi, secretario general del partido, acusó abiertamente a los dos principales partidos chiíes –la Alianza Unida Iraquí y la corriente más radical, que sigue al clérigo Muqtada Al Sadr– de estar tras la oleada de violencia antisuní. "Nuestra confianza en esas entidades con las que negociamos, en particular la AUI y la corriente de Al Sadr, se ha visto muy erosionada, tras saber con total certeza que esta coalición (AUI), y en especial la corriente de Al Sadr, están detrás de lo que nos sucede", dijo Hachemi.

Pero la mano chií y las supuestas represalias no han sido las únicas causas de la violencia de este jueves, ya que otras 16 personas, entre ellos ocho soldados iraquíes, perdieron la vida al explotar un artefacto oculto en un carromato situado en el arcén de una carretera en Baquba, capital de la conflictiva provincia de Diyala.

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