Después de las contundentes pruebas que Colombia presentó ante la OEA el 22 de julio en Washington sobre la presencia de terroristas y campamentos de las FARC en territorio venezolano, la única respuesta de Hugo Chávez fue romper las relaciones diplomáticas con Bogotá. Sin embargo, no intentó resolver ninguna duda y el resto de los países de la región tampoco dieron respuesta oportuna acerca de la petición de Colombia para enviar una comisión de verificación.
Lo único que han hecho hasta ahora algunos es mostrar su disposición de mediar en la crisis. Uno de ellos ha sido Néstor Kirchner, muy cercano a Chávez y actualmente secretario general de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), y el otro el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva. En la última reunión del Mercosur, éste intentó mediar entre ambos países y para mostrarse lo más neutral posible, dijo que Álvaro Uribe es su "amigo", aunque nadie olvida su cercanía al líder venezolano. Sin embargo, pese a todas las buenas intenciones, nadie se atreve aún a revisar seriamente las acusaciones de Colombia, todas ellas probadas con una serie de documentos.
Ante cualquier género de dudas, el canciller colombiano Jaime Bermúdez señaló este jueves que su gobierno tiene más pruebas y que aún esperan que Caracas comience a colaborar en la lucha contra el terrorismo de las FARC y del ELN. En declaraciones a la radio RCN de Bogotá, dijo que "esas pruebas constan para que el Estado y el Gobierno decida qué hacer con ellas y a qué instancias llevarlas" y agregó que "uno define también la forma de proceder y la conveniencia de ciertas pruebas y la sensibilidad que tiene todo ese material".
También se quiso referir a las intenciones de otros países de mediar para iniciar un diálogo entre los dos países. El canciller se mostró muy reacio y dijo que "nosotros no creemos en un diálogo per se que no conduzca a nada, un diálogo gaseoso. Aquí lo que se necesita es un mecanismo concreto de cooperación eficaz que es lo que tenemos con todos los países de la región" y agregó que "hay mucha gente que se ofrece de buena fe, muchos países lo han hecho, pero más que pensar en un diálogo lo que necesitamos es concretar mecanismos de cooperación". Para concluir subrayó que "no podemos caer en una falsa retórica de un diálogo por el diálogo cuando no se traduce en nada concreto. Lo que necesitamos es aterrizar".
Por el momento, no es previsible que Colombia haga públicas estas nuevas pruebas y es posible que le deje esos documentos a Juan Manuel Santos, que será investido nuevo presidente el próximo sábado. Algunos creen que las primeras fueron presentadas ante la OEA por un cierto temor de Álvaro Uribe a que Santos sea algo más "blando" con Chávez. Así lo cree al menos The Economist que en su última edición recuerda que el presidente electo siempre ha creído que la mejor manera de pedir colaboración con Caracas es normalizando las relaciones. De hecho, Santos invitó a Chávez a su ceremonia de investidura y ya envió a su futura canciller, María Ángela Holguín, a Caracas para comenzar un diálogo más directo. Dos detalles que tal vez Uribe no estaba preparado a digerir.