En estos términos Micheletti expone su contra-propuesta con el propósito de salvar el diálogo con Zelaya a través sus respectivas delegaciones negociadoras para resolver la profunda crisis política en Honduras.
La propuesta establece "la aceptación del presidente Roberto Micheletti de retirarse de la Presidencia de la República si el señor José Manuel Zelaya Rosales desiste de sus pretensiones, dando paso así a un gobierno de transición y reconciliación nacional", dijo la portavoz de la comisión que representa al presidente de facto, Vilma Morales.
Esta oferta ha sido reiterada varias veces por Micheletti desde los días posteriores al derrocamiento de Zelaya, el 28 de junio, y en todos los casos fue rechazada tanto por el presidente depuesto como por la comunidad internacional. Esta contra-propuesta fue presentada después de que Zelaya diera por cerrada la negociación con el gobierno de facto esta madrugada, y de que hoy acusara a Micheletti de "burlarse" del diálogo.
En su declaración de este viernes, Micheletti indica que su delegación esperará "todo el día" la respuesta de la otra parte, que dio por finalizado el diálogo tras vencer a medianoche un ultimátum dado al gobernante de facto para que aceptara que la restitución de Zelaya pasara a ser determinada por el Congreso. "Los intereses del señor Micheletti y Zelaya Rosales deben ser secundarios al interés de nuestra nación", subrayó la comisión del mandatario de facto, y añadió que "la meta de este diálogo no es beneficiar a un individuo sobre otro".
La comisión de Micheletti expresó su "enorme sorpresa" porque, en principio, un negociador de Zelaya, a quien no identificó, calificó en conversación telefónica de "positiva" y "en la dirección correcta" una propuesta presentada el jueves, pero que finalmente fue rechazada. "No sabemos qué sucedió entre ese contacto telefónico y el momento en que la propuesta fue discutida con el señor Zelaya. Sólo podemos visualizar que intereses políticos personales o extranjeros han tomado prioridad sobre el deseo de nuestro pueblo de que este diálogo sea exitoso", agregó la nota.
En esa propuesta, la delegación de Micheletti planteaba que cada parte acudiera a la instancia del Estado hondureño que creyese competente para decidir sobre la restitución de Zelaya. Zelaya considera que debe ser el Congreso Nacional el que decida la cuestión, mientras que el presidente de facto insiste en que debe hacerlo la Corte Suprema de Justicia.
Por su parte, Manuel Zelaya, ha dicho que la salida a la crisis política en su país no es buscar una tercera persona para que le restituya en el cargo, sino respetar la soberanía popular. "La salida al problema no es realmente buscar otra persona para que asuma el cargo, la salida al problema es respetar lo que el pueblo dice en las urnas, la soberanía popular", expresó Zelaya a Radio Globo, desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Zelaya se preguntó si en Honduras las elecciones se celebran "para que los militares se reúnan con los civiles y quitar los presidentes, para qué se hacen elecciones". "Yo no tengo ninguna pretensión, como dicen ellos más que cumplir con la responsabilidad del mandato que me dio el pueblo de gobernar el país cuatro años", recalcó Zelaya, cuyo periodo presidencial finaliza el 27 de enero de 2010.
Zelaya expresó que ahora en Honduras "hay un sólo poder del Estado y lo dirige el señor Micheletti, en forma arbitraria". "Yo soy una salida a la crisis, no soy un problema", dijo Zelaya, quien además señaló que quiere "que el mundo sepa cuál es el conflicto que tiene Honduras".
Además, Zelaya acusó al presidente de facto de burlarse del proceso de diálogo para llegar a una solución a la crisis. El depuesto presidente permanece en la Embajada de Brasil desde el 21 de septiembre pasado, cuando regresó por sorpresa a su país después de 86 días de exilio.