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Miliband podría desafiar el liderazgo de Brown tras los últimos fracasos electorales

Los medios de comunicación en el Reino Unido apuntan en sus últimas ediciones que importantes cargos del Partido Laborista están profundamente decepcionados por los varapalos electorales que ha venido sufriendo su formación política. Por ello, varios líderes están animando al ministro de Exteriores, David Miliband, a desafiar el liderazgo del primer ministro Gordon Brown. El propio Miliband ha negado que esté maniobrando para derribar a Brown. Esas declaraciones, sin embargo, no han conseguido acallar los rumores.

Los medios de comunicación en el Reino Unido apuntan en sus últimas ediciones que importantes cargos del Partido Laborista están profundamente decepcionados por los varapalos electorales que ha venido sufriendo su formación política. Por ello, varios líderes están animando al ministro de Exteriores, David Miliband, a desafiar el liderazgo del primer ministro Gordon Brown. El propio Miliband ha negado que esté maniobrando para derribar a Brown. Esas declaraciones, sin embargo, no han conseguido acallar los rumores.
LD (Agencias) En las ediciones de este lunes, medios de comunicación británicos reflejan que una buena parte de los líderes del Partido Laborista está animando a David Miliband, ministro de Exteriores, a desafiar el liderazgo del primer ministro, Gordon Brown, a quien consideran incapaz de ganar las próximas elecciones.
 
Para algunos laboristas, Miliband, de 42 años, sería el único capaz de enfrentarse con éxito a al líder de la oposición conservadora, David Cameron, un político de su misma generación. Brown es considerado como el máximo responsable del desastre electoral laborista en las recientes elecciones municipales, en las que quedó en tercera posición, detrás incluso de los liberales demócratas, y de la pérdida de una elección legislativa parcial en Crowe, viejo feudo laborista que pasó a manos conservadoras.
 
Los críticos de Brown dudan, sin embargo, de que un político con su fama de tenaz y obstinado vaya a salir voluntariamente del 10 de Downing Street, después de haber esperado tantos años para heredar el cargo de su antecesor, Tony Blair, pero creen que si la situación sigue agravándose, los veteranos del partido podrían intentar forzar su salida.
 
El domingo, el propio Miliband y el ministro de Sanidad, Alan Johnson, negaron, sin embargo, que estén maniobrando para derribar al primer Ministro, pero sus declaraciones de inocencia no han conseguido acallar los rumores. El jefe del grupo parlamentario, Geoff Hoon, tal vez desesperado por las dificultades de imponer la disciplina entre sus correligionarios, ha aconsejado a Brown que muestre mayor capacidad de liderazgo si quiere evitar en los próximos meses una rebelión en toda la regla de los diputados laboristas, temerosos de perder sus escaños en las próximas elecciones legislativas.
 
Los aliados del Primer Ministro insisten, sin embargo, en que Brown sigue considerándose la única persona dentro del partido que puede guiar al país a través de la actual crisis económica y que tiene intención de presentarse a las próximas elecciones. A su favor juega un factor importante: incluso sus críticos saben que, de tener que ceder su puesto a otro político más joven como Miliband, difícilmente soportarían los ciudadanos a un nuevo primer ministro que no saliese directamente de unas elecciones generales.

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