L D (EFE) Los problemas de salud de Mubarak le obligaron a no acudir a la celebración de "Lailat Al-Qadr" (Noche de Destino), en el que solía entregar premios a personas de todo el mundo islámico que mejor memoricen El Corán, libro sagrado de los musulmanes. Mubarak respondió así a los consejos de sus médicos de que reduzca el número de las actividades de su agenda para "evitar complicaciones" debido a la fuerte gripe que sufre desde hace una semana.
El primer ministro de Egipto, Atef Ebaid, representó a Mubarak en el evento, organizado por el Consejo Supremo de Asuntos Islámicos. Según la tradición islámica, Lailat Al-Qadr tiene lugar en una de las noches de los últimos diez días del mes sagrado de Ramadán y conmemora el inicio de la revelación de El Corán a Mahoma.
La salud del presidente egipcio, de 74 años de edad, es el tema principal de debate en la sociedad egipcia después de que el pasado miércoles interrumpiera su discurso ante el Parlamento con claras muestras de fatiga. Tras 45 minutos de espera, Mubarak continuó con un breve discurso antes de retirarse a petición de sus médicos, que indicaron que sufrió "una caída en su presión sanguínea debido a los fármacos que toma para tratar una fuerte gripe".
La enfermedad de Mubarak volvió a poner en evidencia -según diversos analistas políticos- la falta de un vicepresidente que dirija los asuntos del país en caso de ausencia del presidente.