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Obama se desdice de nuevo y reitera su apoyo a la mezquita en la Zona Cero

Barack Obama sigue levantando polémica en EEUU ante su nuevo apoyo a la mezquita en la Zona Cero. Primero defendió su construcción aunque luego reculó. Ahora ha vuelto a decir que no se arrepiente de su apoyo pese a la oposición de las víctimas del 11-S. Hamas defiende el proyecto.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado este miércoles en un acto político en el estado de Ohio que no "se arrepentía" de haberse mostrado recientemente a favor de la construcción en la Zona Cero de Nueva York de una mezquita y un centro cultural islámico.

Se trata de unas declaraciones por las que el mandatario ha sido duramente criticado por diversos sectores en Estados Unidos, que no están de acuerdo en que se construya este tipo de edificio a apenas dos manzanas de donde tuvieron lugar los atentados del 11-S en 2001, que fueron perpetrados por terroristas de ideología islamista radical.

"Los musulmanes, al igual que cualquier otro estadounidense, tienen todo el derecho a practicar su religión en cualquier punto del territorio de Estados Unidos", afirmó el pasado viernes Obama.

La posición del presidente, sin embargo, no es homogénea dentro del Partido Demócrata. A comienzos de esta semana el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó que respeta la libertad de culto, pero que dicha mezquita "debería construirse en cualquier otro lugar".

Por su parte, Sharif El Gamal, propietario del edificio del Bajo Manhattan Cordoba House, donde se plantea construir la mezquita y el centro islámico, ha reiterado en los últimos días que, una vez obtenido el permiso de las autoridades de Nueva York, el proyecto sigue adelante.

Esta semana también los terroristas de Hamas se han manifestado a favor de la construcción de la mezquita puesto que consideran que tienen derecho a hacerla al igual que los cristianos y judíos realizan sus templos, dicen. Sin embargo, esto no es cierto puesto que existen países en los que está prohibida la práctica de otra religión que no sea el Islam.

El proyecto, anunciado la pasada primavera, ha creado una gran controversia en Nueva York y en todo Estados Unidos, ya que, según una reciente encuesta, el 60 por ciento de los norteamericanos se declara contrario a la construcción de esta mezquita.

Una gran parte de las víctimas del atentado del 11-S se muestran contrarias a la construcción de la mezquita, creen que la herida aún está abierta y que el proyecto atenta contra su sensibilidad. Rosemary Cain, cuyo marido murió en los atentados –era bombero- se expresa abiertamente: "Creo que es despreciable. Es un lugar sagrado" e indica que "esto, es una bofetada en la cara".

Bill Doyle, quien también perdió un hijo entre las 3.000 víctimas, se hace la misma pregunta que Rosemary: "¿Cómo puede alguien darles permiso para construir una mezquita aquí?". Doyle va más allá y anticipa nefastas consecuencias: "Lo que yo temo es que se convierta en otra zona de protesta, un lugar de encuentro para los radicales" añadió.

El vecindario también ha recibido la noticia como un jarro de agua fría: "Este es el barrio equivocado para poner la mezquita" asegura Scott Rachelson, que trabaja con personas que buscan compensación por los daños sufridos el 11-S: "Aún se siente como si hubiera sido ayer", asegura.

De esta misma opinión se declara una vecina de la zona, Jennifer Wood, cuyo apartamento linda con la futura Mezquita: "Mentiría si dejera que no me puso un poco nerviosa" señalaba. Además, considera que: "Es demasiado pronto, no sé por qué tiene que estar aquí, se trata de una gran ciudad" argumenta Wood.

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