(Libertad Digital) Olmert acudió a la reunión con el propósito de trasladar al jefe de Gobierno palestino sus firmes intenciones de avanzar en la creación de un Estado árabe. Mazen, por su parte, aprovechó el encuentro para reclamar la liberación de miembros da Al Fatah, así como permitir el regreso de otros tantos refugiados en Europa o en Gaza a Cisjordanía.
La idea del presidente de la ANP es exprimir las ventajas de la especial relación establecida con su vecino israelí, después del golpe de Estado de Hamas en la Franja de Gaza que puso tierra por medio entre islamistas y nacionalistas palestinos. Es como si Mazen quisiera demostrar los efectos positivos de este "saboir faire" alternativo al fundamentalismo y la cerrazón de Hamas.
En esta línea, presidente palestino exigió también la revisión de los controles fronterizos entre Cisjordanía e Israel para ofrecer una mayor libertad de movimientos a la sociedad palestina. Olmert, por su parte, prometió considerar estas peticiones, según recoge JP.
La Radio del Ejército citaron a miembros del gabinete del primer ministro asegurando que la "química" del encuentro fue buena.
Desde Hamas, el primer ministro de Gaza, Ismail Haniyed condenó el encuentro entre ambos líderes y lo calificó de un simple "ejercicio de relaciones públicas". Para el dirigente islamista la reunión estaba al servicio de Estados Unidos para mostrar su autoridad en la región y atacar a los países interinos.
Olmert y Mazen se han entrevistado en al menos cuatro ocasiones pero es la primera vez que lo hacían en suelo palestino, Jericó, con el objetivo de ir superándo los obstáculos de fondo para la creación de un Estado palestino. La delimitación de las fronteras, la ubicación de la capitalidad y la cuestión de los refugiados son los puntos cardinales de la negociación.