La fotografía de Barack Obama excesivamente inclinado ante Akihito ha despertado las críticas de diversos sectores de EEUU, que han recibido el saludo como un gesto de sumisión del presidente estadounidense.
La mayor parte de la prensa norteamericana recoge editoriales sobre la polémica, que se producía el pasado sábado con la visita oficial de Obama a Japón. Los Ángeles Times lanzaba a Obama la irónica pregunta: ¿Tan bajo hay que caer?, y arremente duramente contra lo que considera "un gesto inecesario, con un apretón de manos habría valido".
Desde el Daily Mail, el columnista Don Surber expresaba su total rechazo, alegando que "no es un gesto diplomático inteligente, porque lanza una falsa idea de sumisión", y recuerda que se trata del presidente de EEUU en visita oficial, haciendo hincapié en ciertas formas que es necesario guardar.
Además, este rechazo al gesto nace de la certeza de que el protocolo no exige esos 90 grados, y de que ningún otro presidente o político estadounidense ha escenificado nada parecido. De hecho, a los pocos días de producirse lo que ya se ha apodado como "bow wow" ya circulaba por la red un vídeo que recogía fotografías de sus antecesores, apretando la mano de Akihito sin necesidad reverencias.
Pero hasta el momento, la polémica no había traspasado fronteras y permanecía en Estados Unidos. Hasta que este mismo jueves, la Agencia EFE informaba que había consultado con expertos japoneses en protocolo a los que les parecía que Obama había tenido un "gesto adecuado" con su emperador.
De todas formas, no se trata del primer escándalo que el Nobel protagoniza en asuntos protocolarios. El pasado Abril, frente a el rey de Abdullah de Arabia Saudi protagonizó una inclinación parecida, rodeado de diplomáticos que se limitaron al correcto apretón de manos. En esta ocasión, el jefe de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs mantuvo un tenso encuentro con un periodista de la CNN, que pedía explicaciones oficiales ante esta "inclinación hacia los saudís".