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ELECCIONES Y PROYECTOS EN JUEGO

¿Qué nos depara Iberoamérica para 2011?

Después de doce meses con momentos críticos como entre Venezuela y Colombia -poco antes de la victoria de Juan Manuel Santos-, Iberoamérica se prepara para un año en el que unos países tendrán elecciones claves mientras algunos prepararán el terreno para 2012: Perú, Argentina, México, Venezuela...

Después de doce meses con momentos críticos como entre Venezuela y Colombia -poco antes de la victoria de Juan Manuel Santos-, Iberoamérica se prepara para un año en el que unos países tendrán elecciones claves mientras algunos prepararán el terreno para 2012: Perú, Argentina, México, Venezuela...

Hugo Chávez siempre suele ser uno de los principales protagonistas de la región tanto por sus ataques e insultos a los opositores, como por sus presiones a los medios de comunicación que se atreven a criticar algunos de sus exabruptos. Esto último ha ocurrido sobre todo contra la cadena Globovisión y en las últimas semanas contra los contenidos de Internet.

 

Seguramente 2011 no será un año esquivo de titulares para el bolivariano sobre todo porque tendrá que gobernar con un Parlamento en el que el chavismo no es mayoría absoluta como en los últimos años aunque en una de sus características maniobras totalitarias logró que antes del final de la legislatura, sus obedientes representantes le dieran plenos poderes por un tiempo de 18 meses, con la excusa de las lluvias e inundaciones que han asolado el país en las últimas semanas.

 

Este 2011 no habrá elecciones importantes en Venezuela pero lo que a nadie se le escapa es que se trata de un año muy importante para Chávez pues deberá comenzar a construir su reelección en unas presidenciales que llegarán en diciembre. Tiene por delante casi 24 meses de trabajo en los que no faltarán sus ataques y sobre todo intentos para desprestigiar a los que podrían ser sus contrincantes directos. Ya en la pasada campaña electoral de las legislativas comenzó a hacerlo: Llamó a Maria Corina Machado "la burguesita de fina estampa" contra quien le gustaría disputar las elecciones de 2012. Hace algunos meses, en una entrevista con Libertad Digital, la ahora parlamentaria dijo que se sintió "ofendida e irrespetada".

 

México busca nuevas caras

 

Algo parecido que en Venezuela pasa en México en el sentido de que 2011 será un año de preparación para las presidenciales del año siguiente. Lo que sí ocurrirá es la carrera por las gobernaciones estatales y muchas veces es ahí mismo donde comienzan a aparecer las nuevas caras con aspiraciones presidenciales. En julio, el estado de México elegirá a su máxima autoridad y al sucesor de Enrique Peña Nieto (en la imagen), elegido en 2005. Para muchos sectores, se trata de la gran esperanza del PRI (Partido Revolucionario Institucional) para recuperar la presidencia del país después de dos periodos dominados por los "panistas" Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (desde 2006), que representaron el final del dominio de 80 años de candidatos priístas.

 

Muchos analistas mexicanos creen que en las elecciones de 2012, el PRI –la "dictadura perfecta" en palabras de Mario Vargas Llosa- volverá al poder pese a que su estructura interna no ha demostrado la democratización que algunos de sus militantes han pedido. Sin embargo, de obtener en julio de este año un buen resultado en el estado de México –que aporta el mayor número de electores en el país- Peña Nieto podría convertirse en el gran favorito para las elecciones de julio de 2012.

 

Uno de los problemas que podría encontrar el PRI es que el PAN (Partido Acción Nacional) consiga un nombre que esté a la altura de su candidato para suceder a Calderón y que además éste logre un fin de Gobierno exitoso, algo que sólo podría traducirse en resultados en su lucha contra el narcotráfico que ha traído muerte y desolación en uno de los países más poderosos de Latinoamérica.

 

Perú busca mantener su futuro prometedor

 

Sin duda, las elecciones que más centrarán la atención informativa son las de Perú y Argentina. El primero de estos dos países buscará –nuevamente en una telaraña de numerosos candidatos- al presidente que suceda a Alan García y lograr mantener el excelente rumbo del país que ha significado no sólo cifras envidiables en su crecimiento (para 2010 se llegaría al 8,5% y se pronostica un 6,5% para 2011) sino también una reducción significativa de la pobreza, aunque en este rubro aún queda mucho por hacer.

 

A estas alturas de la campaña (aunque en el Perú nunca se sabe), los tres candidatos con más posibilidades de ganar en abril (o en la segunda vuelta de junio) son Alejandro Toledo, Luis Castañeda Lossio y Keiko Fujimori. El primero de ellos es un viejo conocido. Presidente entre 2001 y 2006, logró confeccionar un gabinete de gran prestigio (como el ministro de Economía y también candidato Pedro Pablo Kuczynski) para llevar al país a disfrutar del momento actual que ha seguido Alan García en su segundo gobierno. Trae un discurso que apuesta por la continuidad económica aunque critica que en los últimos años no se haya apostado más por las políticas sociales, algo que ya ha prometido revertir.

Luis Castañeda Lossio tiene en enorme crédito de haber sido un exitoso alcalde de Lima. Durante sus ocho años en el municipio ha logrado una transformación evidente de la capital que ya cuenta con unos ocho millones de habitantes. Sus obras son sin duda las que hablan a su favor aunque tiene pendiente explicar algunos casos de corrupción ocurridos durante sus dos periodos. Deja como uno de sus grandes éxitos la construcción del Metropolitano, un sistema de transporte que aunque no beneficia a toda la población, ha solucionado parte del problema con unos autobuses modernos y eficientes.

 

La tercera en la discordia es Keiko Fujimori. Sólo se le conoce por ser hija de Alberto Fujimori, ahora sentenciado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad. Por ahora no ha profundizado sus planes de gobierno -parece no tenerlos aún- y sólo se ha limitado en mencionar que buscará la libertad de su padre de ser elegida. No ha hablado ni de crecimiento, ni de educación, ni de seguridad, sin duda tres de los temas más importantes para el país. Muchos expertos creen que el 18-20% que le dan las encuestas son su techo y que mucho haría ya en pasar a la segunda vuelta.

 

Otros nombres son Pedro Pablo Kuczynski, que ha logrado una alianza de varios grupos, incluido el Partido Popular Cristiano (la equivalencia del Partido Popular en Perú) y que algunos creen capaz de sacar un resultado más que aceptable. También están el nacionalista Ollanta Humala que no parece ser una amenaza pese a que aún se le considera el candidato de Hugo Chávez en el Perú y Mercedes Aráoz, una economista muy respetada que ha aceptado ser la candidata oficialista del APRA elegida a dedo por Alan García. Sin embargo, su candidatura, a estas alturas, no despega y los rumores apuntan a que incluso podría dejar la carrera a la presidencia antes de las elecciones.

 

Argentina, pendiente de Cristina

 

Además de Perú, Argentina centra la atención electoral de la región sobre todo porque el panorama se ha visto alterado por la muerte de Néstor Kirchner a fines de octubre. Su nombre era el que más sonaba como candidato por el Frente para la Victoria (FV), el ala kirchnerista del peronismo. Sin él, todos ven a su viuda y actual presidenta Cristina Fernández como su sustituta natural en las elecciones. En la actualidad, hay muchas dudas de cómo podría afrontar una campaña sin su marido, considerado como el poder detrás del poder y su principal consejero.

 

En caso de que Cristina decida no presentarse y dar un paso al costado, todo apunta a que Daniel Scioli, vicepresidente en el gobierno de Kirchner y actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, entre en la pugna. La ventaja es que lograría unir a dos facciones justicialistas que parecían irreconciliables: el kirchnerismo y el peronismo más tradicional por ejemplo, de Eduardo Duhalde.

 

¿Se confirma la caída de Ortega?

 

Uno de los centros más importantes para el proyecto bolivariano de Hugo Chávez es Nicaragua. Después de intentarlo y fracasar en Honduras, el venezolano lanzó todo su apoyo al sandinista Daniel Ortega pero pese al dinero, existe alguna posibilidad de que sus planes no se concreten. En las últimas encuestas se ha confirmado que Ortega sigue perdiendo apoyos en su país. Al menos, lo que ya se sabe es que es el presidente menos popular de toda Centroamérica, con datos que meses atrás ya habían comenzado a aparecer.

 

La gran tragedia de Nicaragua es que no existe ninguna figura política que pueda hacerle frente al actual presidente por lo que muchos expertos creen que el sandinista podría seguir al frente del país por ser siempre el menos malo o no tener rivales de peso. Los únicos que podrían impedirlo, al menos a estas alturas, son Arnoldo Alemán -presidente de 1997 a 2002 e involucrado en varios casos de corrupción- y Fabio Gadea, dos rivales de la centroderecha. Éste último podría representar el aire fresco que necesita de un país con los mismos políticos en las últimas décadas.

 

Sin elecciones pero con esperanzas

 

En otros países no se espera que cambien de gobernantes en los próximos años. Tal es el caso de Colombia o Chile. La situación de Juan Manuel Santos es muy diferente a la dejada por Álvaro Uribe. El ex presidente, que dejó el cargo con una popularidad récord, dio su respaldo a su ex ministro del Defensa, y le dio un espaldarazo definitivo para ganar las elecciones. Pese a su declarado "uribismo", sus actuaciones en los primeros meses al frente de Colombia no son las que habría tenido Uribe. Al menos en el conflicto con Venezuela y su evidente acercamiento a Chávez, con el que protagonizó un esperado y muy amigable encuentro en Santa Marta.

 

Por su parte, Sebastián Piñera ha tenido un primer año de presidencia de Chile muy marcado por la tragedia pero también por la esperanza. Juró el cargo en febrero cuando la tierra seguía temblando y tuvo que estar al pie del cañón en el heroico rescate de los 33 mineros atrapados hace unos meses. Su periodo se espera tranquilo, sobre todo por la gran madurez democrática que tiene Chile desde hace ya 30 años cuando acabó la dictadura de Augusto Pinochet.

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