LD (EFE) Un día después de que el presidente Jacques Chirac anunciara la retirada del Contrato de Primer Empleo, el ministro de Interior y "número dos" del Gobierno francés, Nicolás Sarkozy, estimó que "la flexibilidad" mostrada por las autoridades "puede ser una oportunidad" para la economía francesa. Además, consideró que "obstinarse" con CPE habría servido a los intereses de la "izquierda" y de los "conservadores".
Sarkozy indicó que "Francia no puede escapar a una corriente de reformas que otros han hecho. La flexibilidad puede ser una oportunidad". En su opinión, si el Gobierno de Dominique de Villepin "se hubiese obstinado en esa reforma" le habrían hecho "un favor destacado" a la izquierda, "pues se habría transmitido al país la sensación de que la izquierda representaba un proyecto de justicia". Y le habrían hecho además "un favor a los conservadores, porque se hubiese asociado la idea de reforma a la de precariedad", añadió.
El ministro de Interior insistió en que la "ruptura" que el defiende para Francia "sólo será aceptada si es percibida como justa". Sobre Villepin, que ha salido muy debilitado de la crisis del CPE, Sarkozy alabó su "buen trabajo" al frente del Ejecutivo, donde llegó hace casi once meses, y recordó que desde entonces el paro no ha dejado de bajar en Francia.
Dijo que Villepin había sido "valiente" en esta crisis, pero estimó que hay un momento en que hay que saber "ceder" y hacer gala de "pragmatismo" y más aún en este caso, ya que "el CPE no es el alfa y el omega de la política económica del Gobierno y además no era percibido como justo" por la mayoría de los franceses. Afirmó que hay que reformar el Código del trabajo, pero que hay que dejar esa responsabilidad en manos de los agentes sociales, y el Gobierno -dijo- sólo debe intervenir si las negociaciones fracasan.
De cualquier manera, consideró que el debate de fondo sobre las grandes reformas habrá que abordarlo en las próximas elecciones presidenciales de 2007, a las cuales Sarkozy será candidato. Según un sondeo publicado este martes, el 51 por ciento de los franceses confía en Sarkozy para llevar a cabo reformas políticas y sociales, frente al 21 por ciento que apuesta por Villepin. Además, la prensa francesa es unánime al afirmar que Sarkozy es el único dirigente de la derecha que sale indemne o incluso reforzado de la crisis del CPE.