El alarmismo mediático, hábilmente aprovechado por los ecologistas, está escondiendo un dato no menos importante. Frente a quienes quieren ver en lo ocurrido en la central de Fukushima la excusa perfecta para pedir de nuevo la erradicación de la energía nuclear, está el hecho de que la inmensa mayoría de las centrales de Japón no experimentaron problema alguno tras uno de los terremotos más devastadores registrados en su historia.
Un tercio de la energía que se consume en Japón procede de centrales nucleares. El país, que carece de recursos energéticos propios, ha construido un total de 54 reactores por todo el país. Situado en el denominado cinturón de fuego, con una altísima actividad sísmica, en la construcción de las centrales se siguieron unas estrictas medidas de seguridad que han sido ahora puestas a prueba tras un seísmo de 9 grados en la escala de Richter.
Tras el terremoto, once de los reactores se pararon de forma automática como medida de seguridad. En el resto, a excepción de otros cinco que estaban parados por cuestiones de mantenimiento, la actividad siguió normalmente. De las centrales que tuvieron que ser detenidas, los problemas se registraron en una, la de Fukushima.
La central, construida en 1971, es idéntica a la de Santa María de Garoña que proyecta cerrar el Gobierno en 2013. El portavoz de Nuclenor, propietaria de la central española, explicó en esRadio que el problema en Fukushima llegó a raíz del tsunami posterior al terremoto, que ocasionó problemas en el sistema de refrigeración. Aunque apuntó a que la situación es "grave", enfatizó que el diseño de la planta es "robusto" y está preparado para impedir una catástrofe nuclear. Como otros expertos, ha descartado que se pueda repetir una situación como la vivida en Chernóbil, puesto que de producirse una fusión en el reactor y una posterior explosión, la radiación no saldría en ningún caso al exterior al situarse enclaustrado en una vasija que evitaría las fugas.
Desde Foro Nuclear, insisten en que la vasija del reactor está intacta y descartan que pueda producirse una situación similar en España. En primer lugar, señalan que la posibilidad de que se produzca un terremoto de similares características son remotas. En segundo lugar, insisten en que las centrales cumplen en la actualidad unos sistemas de seguridad que buscan que soporten las condiciones externas más extremas. Y enfatizan que aun en el caso de que toda la seguridad fallara y se produjera una explosión, "los sistemas de contención del reactor se han diseñado para prevenir la dispersión de radiactividad hacia el exterior".
Las centrales nucleares en Japón. | Foro Nuclear
En cuanto a la situación en Fukushima, donde este lunes se ha producido una explosión en el reactor 3, la agencia japonesa de Seguridad Nuclear e Industrial ha informado a la OIEA de que, al igual que ocurrió con la primera explosión, no ha resultado dañada la vasija primaria de contención del reactor. La estructura que contiene el reactor "está intacta", según el informe japonés, lo que descartaría la filtración de radioactividad al exterior.
Mientras, en el reactor 2 los operarios han conseguido elevar el nivel de refrigerante en la piscina que contiene las barras de combustible nuclear, con lo que se alejaría la posibilidad de fusión. Anteriormente, la empresa que opera la central, Tokyo Electric Power, había informado de que la piscina del reactor se encontraba vacía y que las barras de combustible estaban completamente expuestas debido a que los motores que están siendo utilizados para bombear agua del mar se habían quedado sin combustible.
En cuanto al reactor 1, también se ha inyectado agua de mar, combinada con ácido bórico, en el sistema de refrigeración para evitar un sobrecalentamiento, tras fallar los generadores de gasóleo por el tsunami y agotarse las baterías de reserva.
La OIEA: "No es Chernóbil"
Japón ha solicitado al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el envío de un equipo de expertos para manejar la crisis nuclear. "Estamos discutiendo con Japón los detalles", dijo el director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano, en un discurso ante representantes de países miembros del OIEA.
Por otro lado, Amano calificó de "muy poco probable" una catástrofe comparable a la de Chernóbil y aseguró que no tiene indicios de que se esté produciendo una fusión en los núcleos de los tres reactores averiados. En Fukushima "las radiaciones emitidas son limitadas, pero los operarios tienen problemas para refrigerar los reactores. Lo más importante es estabilizar los reactores", insistió Amano.