LD (EFE) Una fuerte explosión destruyó la cúpula dorada del templo que acoge la tumba del imán Ali al-Hadi, uno de los más importantes santuarios chiíes en la ciudad de Samarra, a unos 125 kilómetros al norte de Bagdad. Fuentes oficiales no precisaron si ha habido víctimas, pero indicaron que soldados estadounidenses e iraquíes han detenido a los guardias responsables de la protección del santuario.
Ali Al-Hadi es uno de los doce imanes santos más importantes de la comunidad chií, mayoritaria en Irak. Tras la explosión decenas de habitantes de Samarra salieron a las calles para condenar el atentado y corearon consignas en contra del terrorismo, así como contra las tropas norteamericanas y el Gobierno iraquí, a los que acusaron de no proteger los santuarios.
Varios objetivos chiíes han sido blanco de ataques que fueron atribuidos por líderes políticos y religiosos de esa comunidad a grupos terroristas suníes. El último atentado contra esa comunidad religiosa fue cometido el martes en un barrio chií del sur de Bagdad, donde la explosión de un coche-bomba segó la vida de más de veinte personas.
Tras conocer la destrucción de la cúpula, la máxima autoridad religiosa chií, el gran ayatolá Ali al-Sistani, instó a los iraquíes a protestar pacíficamente por el atentado. Según la televisión local Al-Iraquiya, el líder religioso declaró siete días de luto. Fuentes de la oficina de Sistani indicaron que pidió "al pueblo iraquí y a los musulmanes de todo el mundo a expresar de forma pacífica su protesta y a condenar este crimen".