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Tres muertos en Buenos Aires en una batalla campal con indigentes

Tres personas han fallecido en los violentos incidentes que se asolan desde el martes un parque bonaerense, en territorio comanche por la batalla de vecinos e indigentes bolivianos. Kirchner no quiere enviar más efectivos policiales, como suplica el gobernador de la ciudad, percibido como enemigo

La barriada porteña de Soldati vive desde el pasado martes una auténtica batalla campal entre vecinos e indigentes bolivianos. El conflicto comienza cuando un grupo de bolivianos levanta tiendas de campaña y cabañas en el parque público Indoamericano, enervando a los vecinos de la zona. Además, comerciaban con las parcelas, vendiéndoselas a otros inmigrantes.

Cuando el martes la Policía Metropolitana desalojó la zona en virtud de una orden judicial, murieron las dos primeras personas: un paraguayo de 24 años y una boliviana de 28. Pero los ocupas volvieron, y los vecinos -que viven en la miseria- reaccionaron a tiros contra ellos, continuando con una batalla por defender el espacio público.

La violencia, que debería haber puesto en pie de guerra al Ejecutivo argentino, ha sido completamente ignorada por Cristina Kirchner. El gobernador de Buenos Aires, Mauricio Macri se declaró desbordado e incapaz de tomar el control del territorio comanche. La Policía Metropolitana no era suficiente, y pidió la intervención de más cuerpos de seguridad –que debe aprobar la Casa Rosada- como la Policía Federal, la Gendarmería e incluso la Infantería.

Pero, una vez más, la presidenta argentina ha puesto por delante su interés político, en detrimento de la seguridad pública. Macri es percibido por el kirchnerismo como un enemigo, más que un adversario, y así le ha tratado. Primero, la presidenta se negó a cogerle el teléfono para atender sus solicitudes.

Es más: el aparato gubernamental se desplegó para dañar la imagen de Macri tildándolo de xenófobo, por sus explicaciones sobre lo desbordado de la situación con la inmigración ilegal que ha propiciado la ocupación del parque.

Sin efectivos policiales, los disturbios han continuado. El titular del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME), Alberto Crescenti anunció que un joven de 19 años que iba herido en una ambulancia fue sacado violentamente del vehículo, arrojado al suelo y rematado de un disparo en la cabeza.

"La ambulancia llevaba al herido y de repente se le aparece un grupo de personas y le apuntan al chófer. Le impiden avanzar. Otros tipos abren la puerta trasera de la ambulancia y sacan al herido y ahí le pegan un tiro, y le dicen al chófer 'andate'", relató Crescenti.

Seggio dijo que la Fiscalía y la comisaría de la zona establecieron contacto con la ambulancia asaltada, cuya dotación declaró que el vehículo, mientras trasladaba al herido, fue interceptado por dos centenares de persones que abrieron la puerta y bajaron al lesionado.

Los ocupantes de la ambulancia vieron que los agresores tenían objetos similares a las "tumberas" (armas de fabricación casera), sin poder precisar si eran armas de fuego, aunque vieron que apuntaban al herido "pero en ningún momento efectuaron disparos", dijo Seggio en declaraciones al canal C5N.

"Al ver esto, la dotación de la ambulancia partió temiendo algún otro tipo de agresión. La persona quedó allí. La comisaría fue a los hospitales y no se había registrado el ingreso de ningún fallecido. Es probable que esta persona herida se haya retirado por sus propios medios porque estaba golpeada, no herida de bala", dijo el portavoz.
La ejecución de los vecinos del joven, casi mata del infarto al médico que lo atendía en la ambulancia. Desde entonces, si una ambulancia entraba en la zona –que ya estima que hay treinta heridos- eran recibidos a balazos.

Y Cristina Kirchner seguía indiferente. Como recoge ABC, por la tarde mientras los pobres se mataban a tiros entre ellos, la jefa del Estado, sin nombrarlo pero celebrando el día de los Derechos Humanos, anunció la creación del Ministerio de Seguridad.

Es más: el mismo viernes, la presidenta entregaba al juez Baltasar Garzón , el Premio Anual "Azucena Villaflor de De Vincenti" que está destinado a reconocer a los ciudadanos y/o entidades que se destacan por su trayectoria en defensa de los derechos humanos.

En las últimas horas, tras cinco días de violencia, la presidenta aceptó recibir a Macri.

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