La delegación de Micheletti se muestra más flexible que Zelaya. El político hondureño Arturo Corrales, integrante del grupo del presidente actual en el diálogo con representantes del depuesto Zelaya, dijo que no se debe descartar "ninguna opción" para resolver la crisis.
"Los escenarios no son descartables, ninguna de las opciones", que puedan presentarse desde el sábado en la segunda ronda en Costa Rica. En declaraciones a la radio HRN de Tegucigalpa desde San José, consideró que la propuesta de Arias, de integrar un Gobierno de reconciliación, supone sólo "las frases iniciales", basadas en las posiciones de Zelaya y Micheletti, de una posible vía de solución.
Aunque en el diálogo debe haber "imaginación", esto "tiene como límite la Constitución y las leyes de Honduras, que todos debemos respetar", aseveró Corrales, ex presidente de la Democracia Cristiana y empresario. Corrales recordó que Zelaya exige su restitución incondicional en el poder y Micheletti ha ofrecido renunciar si el depuesto presidente no regresa.
"Frente a ese escenario -apuntó- Arias tiene casi la obligación de externar un criterio que suena, de arranque, como un punto de análisis, un Gobierno de conciliación".
Otro escenario lo abre la disposición de Micheletti de renunciar si Zelaya no regresa, lo que, a criterio de Corrales, representa una "decisión salomónica", pues ambos quedarían fuera. "El presidente Micheletti dice que él depone, y habiendo en Honduras una Constitución que indica qué ocurre si él depusiera, entonces surge un camino para (que) una tercera persona (pueda) ejercer la titularidad del Ejecutivo", explicó.
"A las propuestas no hay que tenerles miedo ni tampoco hay que enamorarse de ellas; simplemente, ahondar, analizarlas, ver la viabilidad e ir construyendo sobre ellas", puntualizó Corrales. Rechazó las "intromisiones extranjeras" de cualquier tendencia ideológica en el proceso.
Corrales integra la comisión de Micheletti junto al canciller Carlos López; la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia Vilma Morales, y el abogado y ex aspirante presidencial del gobernante Partido Liberal Mauricio Villeda.
Zelaya fue derrocado por los militares el 28 de junio pasado, cuando lo expulsaron hacia Costa Rica ante su pretensión de celebrar un referéndum ilegal, y ese mismo día el Parlamento designó a Micheletti, cuya administración no reconoce la comunidad internacional.
Zelaya rechaza el Gobierno de reconciliación
Mientras, Zelaya ha rechazado la propuesta del mediador de cara a solucionar la crisis hondureña, tan sólo horas antes de comenzar las nuevas negociaciones. No quiere un gobierno de reconciliación porque dice que sería como un "premio para los golpistas", mientras se anuncia su regreso si fracasa la ronda.
"No conozco en detalles la propuesta (de Arias), pero si me dice que habrán premios para los golpistas, desde hoy digo que no puedo aceptar", dijo Zelaya en rueda de prensa, al ser preguntado sobre una sugerencia que implica la conformación de un Ejecutivo con el depuesto presidente al frente.
Ese Gobierno también estaría conformado por ministros afines a Micheletti, de acuerdo a la propuesta presentada por el presidente costarricense antes de que las delegaciones de Micheletti y Zelaya comiencen el sábado la segunda ronda del proceso de mediación para tratar de encontrar una solución a la crisis en Honduras.
El depuesto presidente sostuvo que nunca dará un "cheque en blanco a los golpistas" y sería una "aberración" conceder ministerios a personas afines a Micheletti, por lo que consideró que la propuesta de Arias, premio Nobel de la Paz 1987, "no está siendo bien interpretada".
Reiteró que los miembros del nuevo gobierno deben estar, a su juicio, frente a los tribunales de justicia del mundo y no "premiados" con cargos. "Mañana esperamos que después de las primeras 24 horas que pidió el mediador (Óscar Arias), después de las siguientes 48 horas, 72 horas y ahora más de 200 horas, más de diez días de estar en espera, den una señal", señaló Zelaya.
Reafirmó que su única petición en ese proceso de diálogo es que los "golpistas", como él los denomina, cumplan las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de las Naciones Unidas que ordenan su inmediata restitución en la Presidencia.
"Hasta el momento no ha habido ningún solo gesto de ellos, en el sentido que se van a someter a esa resolución", acotó. El derrocado gobernante espera que los miembros del nuevo Ejecutivo den "un mensaje", si no, reafirmó, considerará que, "en este momento, el proceso (de diálogo) en que estamos con ellos, está fracasado".
"Tener una puerta abierta siempre será un régimen de concesión nuestro hacia una posibilidad de buscar soluciones a nuestro problema como hondureños", puntualizó. Zelaya defendió también el apoyo de "solidaridad expresa, no de fuerzas, ni de armas" dado por el gobernante venezolano, Hugo Chávez, al igual que por otros mandatarios de la región.
También defendió a la administración estadounidense de Barack Obama, que, dijo, "se ha comportado como debe comportarse" tras los incidentes del pasado 28 de junio. No obstante, observó que los "sectores más oscuros" de Estados Unidos sí están apoyando al "gobierno ilegítimo de Honduras".
Volverá si fracasa la negociación
Además, según su mujer Xiomara Castro de Zelaya, el depuesto presidente ha prometido buscar la forma de volver a Honduras si fracasa la segunda ronda de mediación que se celebra el sábado en Costa Rica y en la que su delegación buscará su vuelta al poder.
"El tiempo se acaba mañana", declaró la esposa de Zelaya en una entrevista a Reuters, en la que explicó que el presidente derrocado el pasado 28 de junio, "debe volver al país y hacerlo sin esconderse". La fuente no concretó el momento de la vuelta, aunque añadió que no negociaría sobre su principal punto que es la vuelta al poder.
Previamente, el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció la vuelta de Zelaya que se produciría "en las próximas horas" al tiempo que reiteró el apoyo de la comunidad internacional que condena el golpe que le apartó del poder.
En ese sentido, Chávez volvió a manifestar su rechazo al presidente interino Roberto Micheletti por ser "incapaz de gobernar Honduras" y calificó a los miembros de su Gobierno de ser unos "bandidos que arrasaron con todos los proyectos sociales que impulso Zelaya".