L D (Agencias) Acompañados por líderes políticos, como Zapatero o Llamazares, y sindicales, como Méndez y Fidalgo, la manifestación-concierto finalizó con un grito de Javier Gurruchaga: "En mayo hay elecciones municipales, que se oiga al pueblo", dijo el cantante. El acto estuvo presidido por una sábana blanca desplegada sobre el escenario y sobre la que se tiraron esponjas mojadas en pintura roja. Según los organizadores, participaron más de medio millón de personas; para la Policía, unos 15.000. Hubo banderas de todos los signos, aunque las que más se veían eran comunistas y republicanas, y hasta iraquíes. Ondearon durante todo el concierto al son de propuestas musicales tan conocidas como "La Puerta de Alcalá"; "Sólo le pido a Dios" y el "Imagine", de John Lennon, que fue interpretado al final por todos los artistas.
Hora Bruja, Manolo Tena, Ana Belén, Bindite, Frank T, Suburbano, Cómplices, Canallas, Victor Manuel, Luis Pastor, Miguel Ríos o Paco Ibáñez fueron algunos de los cerca de 25 cantantes que se dieron cita en este concierto. Los escritores Juan José Millás, Almudena Grandes y Rosa Regás, el pintor Juan Genovés, el juez Baltasar Garzón y su hija, o el rector de la Universidad Autónoma, Ángel Gabilondo, fueron algunos de los que se subieron al estrado para gritar "no a la guerra" o pedir la dimisión del Gobierno de Aznar por su apoyo a la misma. Especialmente levantaron los ánimos del público "El Gran Wyoming", con un discurso en el que denunció "el desprecio" del Gobierno a la "abrumadora" mayoría del pueblo que dice no a esta guerra, y el showman Javier Gurruchuga.
Este último, que cantó el "All You Need Is Love" de los Beatles, apareció en escena disfrazado de soldado prusiano y presentó a una persona enana vestida de militar como el presidente de "La República española José María Ansar" (parodia del gazapo del hermano de George Bush, Jeff Bush, en su visita a España, mezclada con la pronunciación del propio George Bush del apellido del presidente Aznar).
Garzón, contra la guerra
Pero el discurso más llamativo lo pronunció el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. El magistrado, que subió al escenario junto a su hija María, que también leyó con él unas palabras, proclamó que "nadie nos va a callar porque la revolución de la paz ha comenzado" y reafirmó su compromiso personal de no aceptar la guerra y "no resignarse ante ella". El juez fue presentado como "el ciudadano Baltasar Garzón", e inició su intervención preguntándose dónde está la paz, a lo que él mismo respondió: "La paz está aquí, entre todos nosotros, en las calles, en las casas, en el Parlamento". El magistrado subrayó que frente a los que quieren "callar la voz y la palabra, yo y millones de personas decimos no", y criticó los argumentos de los que quieren "silenciar" a los ciudadanos con afirmaciones "no sólo cobardes, sino mezquinas y de insolidaridad contra las víctimas de la guerra".
También se preguntó, "como ciudadano de un país que se supone libre y democrático", quién debe fijar "cuáles son nuestros intereses", para subrayar a continuación que no es el Gobierno quien debe hacerlo, porque "el rumbo lo marca el pueblo". Para Baltasar Garzón, esta guerra ha supuesto que "el edificio de la ONU está siendo destruido por miles de bombas y misiles lanzados por una decisión arbitraria y unilateral" y por ello apeló a la comunidad internacional para que detenga "esta locura". A su juicio, la herida abierta con este conflicto es de tal gravedad que "difícilmente podrá restañarse", aunque hizo hincapié en que todavía queda "coraje, esperanza y ganas de luchar por la paz".
Hora Bruja, Manolo Tena, Ana Belén, Bindite, Frank T, Suburbano, Cómplices, Canallas, Victor Manuel, Luis Pastor, Miguel Ríos o Paco Ibáñez fueron algunos de los cerca de 25 cantantes que se dieron cita en este concierto. Los escritores Juan José Millás, Almudena Grandes y Rosa Regás, el pintor Juan Genovés, el juez Baltasar Garzón y su hija, o el rector de la Universidad Autónoma, Ángel Gabilondo, fueron algunos de los que se subieron al estrado para gritar "no a la guerra" o pedir la dimisión del Gobierno de Aznar por su apoyo a la misma. Especialmente levantaron los ánimos del público "El Gran Wyoming", con un discurso en el que denunció "el desprecio" del Gobierno a la "abrumadora" mayoría del pueblo que dice no a esta guerra, y el showman Javier Gurruchuga.
Este último, que cantó el "All You Need Is Love" de los Beatles, apareció en escena disfrazado de soldado prusiano y presentó a una persona enana vestida de militar como el presidente de "La República española José María Ansar" (parodia del gazapo del hermano de George Bush, Jeff Bush, en su visita a España, mezclada con la pronunciación del propio George Bush del apellido del presidente Aznar).
Garzón, contra la guerra
Pero el discurso más llamativo lo pronunció el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. El magistrado, que subió al escenario junto a su hija María, que también leyó con él unas palabras, proclamó que "nadie nos va a callar porque la revolución de la paz ha comenzado" y reafirmó su compromiso personal de no aceptar la guerra y "no resignarse ante ella". El juez fue presentado como "el ciudadano Baltasar Garzón", e inició su intervención preguntándose dónde está la paz, a lo que él mismo respondió: "La paz está aquí, entre todos nosotros, en las calles, en las casas, en el Parlamento". El magistrado subrayó que frente a los que quieren "callar la voz y la palabra, yo y millones de personas decimos no", y criticó los argumentos de los que quieren "silenciar" a los ciudadanos con afirmaciones "no sólo cobardes, sino mezquinas y de insolidaridad contra las víctimas de la guerra".
También se preguntó, "como ciudadano de un país que se supone libre y democrático", quién debe fijar "cuáles son nuestros intereses", para subrayar a continuación que no es el Gobierno quien debe hacerlo, porque "el rumbo lo marca el pueblo". Para Baltasar Garzón, esta guerra ha supuesto que "el edificio de la ONU está siendo destruido por miles de bombas y misiles lanzados por una decisión arbitraria y unilateral" y por ello apeló a la comunidad internacional para que detenga "esta locura". A su juicio, la herida abierta con este conflicto es de tal gravedad que "difícilmente podrá restañarse", aunque hizo hincapié en que todavía queda "coraje, esperanza y ganas de luchar por la paz".