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Libres dos etarras: uno de los más sanguinarios y el más antiguo

Troitiño ha cumplido poco más de un año por cada uno de sus 22 asesinatos.

El mismo día, pero en diferentes horas y ciudades. Dos terroristas de ETA abandonaron este miércoles las prisiones en las que cumplían condena. El primero, José María Sagarduy, el preso más antiguo de la banda terrorista, lo hizo tras 31 años cumpliendo condenada en diferentes centros penitenciarios. El segundo, Antonio Troitiño, uno de los más sanguinarios de la banda, tras aplicársele una doctrina del Constitucional que beneficia a los etarras por los años que estuvieron en prisión a espera de juicio.

Antonio Troitiño Arranz, alias Miguel Ángel, nació el 26 de junio de 1957 en Tariego de Carrato (Palencia). Fue miembro del grupo Madrid de ETA más sanguinario, hasta que fue detenido el 16 de enero de 1987, al asaltar los GEOS de la Policía Nacional el piso franco en el que se alojaban en la madrileña calle de Río Ulla. Junto a él fueron detenidos otros cinco etarras: Cristina Arrizabalaga, María Teresa Rojo, Esteban Esteban Nieto, Inmaculada Noble y José Ignacio de Juana Chaos.

Es miembro de una estirpe familiar de terroristas. Su hermano Domingo Troitiño Arranz fue uno de los etarras que llevaron a cabo la masacre de Hipercor, el 19 de junio de 1987 en Barcelona, donde murieron 21 personas y 45 resultaron heridas. Su sobrino, Jon Joseba Troitiño Ciria, hijo de su hermano Domingo, fue parte de un grupo de ETA que colocó varias bombas en establecimientos hoteleros de Alicante y Benidorm en el verano de 2003.

Abandona la prisión tras haber cumplido 24 años y tres meses de prisión por lo que tan sólo ha cumplido algo más de un año por cada uno de los 22 asesinatos perpetrados entre 1983 y 1986 por los que fue condenado a un total de 2.746 años, según los datos recogidos por Europa Press.

Su atentado más sangriento lo cometió el 14 de julio de 1986, cuando formaba parte del grupo Madrid de ETA. Los terroristas colocaron una furgoneta bomba cargada con cinco ollas a presión llenas de explosivos en la madrileña Plaza de la República Dominicana donde murieron 12 guardias civiles y otras siete personas resultaron heridas.

Antes, había participado en los asesinatos del carnicero Lorenzo Mendizabal en Irún (Guipúzcoa) en 1983; en el asesinato del guardia civil Ángel Zapatero Antolín en San Sebastián en 1984; en el ametrallamiento del teniente coronel del Ejército de Tierra Carlos Vesteiro, el comandante Ricardo Saénz de Ynestrillas y el soldado conductor Francisco Casillas el 17 de junio de 1986 en Madrid.  

En abril de 1986, participó en el atentando contra un Land Rover de la Guardia Civil en la calle de Juan Bravo de Madrid. Murieron cinco guardias civiles y otros cuatro resultaron heridos. Además, siete viandantes resultaron también heridos de diferente consideración.

Su condena inicial se cumplió el pasado mes de febrero de 2011. Sin embargo, a Troitiño se le aplicó la doctrina Parot, que hace que la reducción de pena por beneficios penitenciarios se restase del total de la pena, y no de los años máximos que un recluso puede permanecer en prisión. De este modo, su salida de la cárcel se postergó hasta 2017.

Sin embargo, ahora, el terrorista abandona la cárcel al verse beneficiado por una decisión de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, presidida por el juez Alfonso Guevara, que ha acogido una solicitud de su defensa para que se le aplicara la doctrina establecida en 2008 por el Tribunal Constitucional (TC) sobre el doble cómputo de la prisión preventiva. Es decir, que cada año cumplido en prisión a espera de juicio se computa como haber cumplido dos años de la sentencia.

José María Sagarduy Moja, conocido bajo el pseudónimo de Gazta, nació en mayo de 1958 en Amorebieta (Vizcaya). Arrestado en una operación contra ETA llevada a cabo por la Policía Nacional el 8 de mayo de 1980, fue condenado entonces a 70 años de prisión por su participación en varios atentados terroristas, entre ellos, los asesinatos de Juan Cruz Hurtado Fernández y José María Arrizanalaga Arcocha.

El primero de estos asesinatos tuvo lugar el 2 de noviembre de 1978 en Guernica (Vizcaya). Esa noche, Sagarduy y otros integrantes de un grupo de ETA robaron un vehículo en un garaje y se dirigieron hasta el bar Azul de la localidad, donde entraron encapuchados y dispararon varias veces contra Hurtado Fernández, causándole la muerte. Uno de los disparos alcanzó también a la novia de la víctima, que quedó gravemente herida.

El segundo asesinato se produjo el 27 de diciembre de 1978. Un grupo de etarras, entre los que se encontraba Sagarduy, se dirigió en coche hasta la biblioteca municipal de Ondárroa, donde tras localizar a uno de sus trabajadores, José María Arrizanalaga Arcocha, le descerrajaron once tiros. La víctima era el jefe de la Juventud Tradicionalista Carlista de Vizcaya, y algunos de los negocios de su familia ya habían sido atacados por los proetarras.

En 1990 agredió a un funcionario de prisiones en Sevilla y tres años más tarde, en 1993, protagonizó un intento de fuga en la prisión de Granada. Siguiendo los pasos que había dado días antes el terrorista de los Grapo Fernando Silva Sande, abrió un agujero en el techo de su celda desde el que accedió al techo de la prisión. Allí intentó utilizar un cable eléctrico con un garfio para descolgarse hasta un patio y huir de la prisión, pero el cable no aguantó su peso y el ruido de su golpe contra el suelo alertó a los guardias civiles de la cárcel. Del impacto se rompió una pierna y un brazo, lo que hizo que los agentes no tuviesen que poner mucho esfuerzo para detenerle.

El intento de frustrado de fuga le quitó toda posibilidad de tener algún tipo de reducción en la pena, pese a haber sido juzgado con el Código Penal de 1973, el más beneficioso para los etarras. Es más, el delito cometido en prisión fue el que le hizo convertirse en el preso de ETA que más tiempo ha cumplido condena, ya que la doctrina Parot no permite unir las diferentes penas a la hora de restar los beneficios penitenciarios.

Durante los 31 años que cumplió de condena de prisión, Sagarduy permaneció recluido en 13 centros penitenciarios diferentes. Exactamente, los de Soria, Carabanchel, Puerto I, Herrera de la Mancha, Basauri, Alcalá-Meco, Sevilla II, Palma de Mallorca, Granada, Puerto II, Nanclares de Oca y Jaén.

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