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"España no saldrá adelante por partes. O saldrá toda o no saldrá"

Cohesión nacional frente a la crisis. O todos o nadie. Aznar echó mano de patriotismo y pidió el fin de la era socialista en el ecuador de la campaña.

Cohesión nacional frente a la crisis. O todos o nadie. Aznar echó mano de patriotismo y pidió el fin de la era socialista en el ecuador de la campaña.

José María Aznar reeditó, en su segundo acto con María Dolores de Cospedal desde el inicio de campaña, su versión más desenfadada y gamberra, pero incisiva en el mensaje, para desmontar las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente.

 

La amistad política entre Aznar y Cospedal es nueva, y de ahí que la unión tenga un morbo inusitado, traducido en máxima expectación. Dicho lo cual, la candidata del PP a Castilla-la Mancha tiene claro que “vienen a verlo a él”, en voz de un asesor. Y lo cierto es que el público vibró, una vez más, cuando el ex presidente tomó la palabra.

 

En Cuenca, su auditorio municipal se quedó pequeño, siendo ocupadas sus ochocientas plazas. El jefe de FAES toreaba en plaza amiga, y enseguida se sintió cómodo dando más de una estocada al PSOE, para placer del público. Fue a matar, en la jerga taurina, y a buen seguro habría salido por la puerta grande.

 

Lo primero, eso sí, fue sacar pecho de la herencia: “A nosotros no nos gusta ocultar nuestras siglas. Tenemos una historia limpia y coherente. Fuimos capaces de construir un gran partido. De hacer del PP la fuerza política centrista más importante que ha tenido España”, y de ahí -continuó Aznar- “que hoy se nos identifica como un partido previsible que puede generar confianza”.

 

Por ello, instó a Mariano Rajoy a salir “a buscar la victoria”, pero no “una victoria cualquiera” o “raquítica” sino “una victoria con una gran mayoría” tanto en los comicios locales y autonómicos como en las generales.

 

Un partido parido para servir a España”

 

Aznar advirtió entonces de que iba a decir algo “muy importante” para referirse al PP como una formación nacional: “Unidad y pluralidad que sabemos conjugar”. “Respetar las autonomías pero sin perder lo común, lo nacional. El PP, me lo vais a permitir, es un partido parido para servir a España”, clamó, levantando a los entregados militantes y simpatizantes.

 

El ex presidente instó a “no perder el tiempo” porque “el partido de los progres” se ha dedicado a “hacer daño al país”. “Si líder interparlamentario -en referencia a Zapatero- se ha esforzado, y hay que reconocérselo, no sólo por equivocarse sino por dañar al país” y “lo ha conseguido”, enfatizó.

 

Presentó, en este sentido, una nación dividida y económicamente “fundida”. “¡Recibieron el país más rico y próspero de la historia de España y se lo han fundido, fundido!”, criticó, para mofarse de Zapatero por acusar a los populares de “bellacos”.

 

Zapatero como “Chaves y Castro”

 

“Antipatriota, antiespañol y bellaco”, enumeró, para afirmar, por dos veces, que tales calificativos son más propios “de Chavez y de Castro”. “Insultar a los españoles es la constatación de que mantener la agonía no tiene ningún sentido, no lo tiene”, sentenció.

 

No obstante, todavía tenía un argumento más para meterse a los suyos en el bolsillo: “Zapatero no para de irse a China para contar cuentos chinos”, introdujo, para carcajada general. “Pero no para irse a Noruega”, añadió, para decir el por qué de la ausencia: “El líder interparlamentario no quiso la foto con el -presidente- griego y portugués”.Y remató la faena: “España no está para cuentos chinos ni para fotos o no fotos. España pasó de ser un modelo para los demás a un problema”, y de ahí que reclamara, por enésima vez, el fin de la era socialista.

 

“Construir y no dividir. Recuperar el espíritu de concordia y los objetivos comunes. Las cosas no se ganan sin esfuerzo y unión. Cohesión nacional. España no saldrá adelante a partes. O saldrá toda o no saldrá y la tendremos que empujar todos”, dijo un Aznar patriótico, que pidió volver a la política “con mayúsculas” apartando de la historia patria “la minúscula” introducida por los socialistas.

 

Cospedal: el 22-M, antesala del cambio

 

En ello coincidió con su acompañante Cospedal, que pidió convertir el 22-M en la antesala del cambio político que lleve a Mariano Rajoy a subir las escalinatas de La Moncloa como presidente. “Regeneración nacional”, no se ha cansado de repetir la secretaria general de la formación en lo que llevamos de campaña.

 

El dúo Aznar-Cospedal cerró una mañana frenética en un fin de semana clave, ecuador de la campaña y en el que el producto electoral más se consume. Es por ello por lo que el PP echó el resto, movilizó como nunca a sus bases y consiguió instantáneas de éxito por toda la geografía, empezando por Zaragoza donde Rajoy reunió en su coso taurino a más de 12.000 personas. Otra cosa fue su discurso.

 

Esperanza Aguirre dio otro espectáculo de baño de masas, y demostró cómo ser firme también arenga, y para rematar se llevó de compañero a Jaime Mayor Oreja. Su otra colega en el atril, Soraya Sáenz de Santamaría, se apartó de tan duras consignas. El escenario fue la plaza de toros de Valdemoro, y hasta allí se acercaron más de 5.000 personas, que bailaron al ritmo de la música made in PP. El principio del fin de la campaña ya ha comenzado.

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