El Partido Popular lo tiene claro: las elecciones del domingo también son un plebiscito para José Luis Rodríguez Zapatero. Y a recordarlo se dedican con ahínco, Mariano Rajoy el primero, en la recta final de la campaña; la más dulce que se recuerda para los populares.
Los estrategas de Génova creen que el presidente se equivocó con su ya famoso "bellaco", y de ahí que todos en el PP lo utilicen como hilo conductor para poner en evidencia los malos datos económicos que azotan a España "por culpa" del Ejecutivo.
Por ello, para Esteban González Pons, "si el veintidós de mayo el pueblo perdona al PSOE de los cinco millones de parados, Zapatero se queda y el paro seguirá subiendo", proclamó en un mitin en la plaza mayor de Lugo.
Pero el vicesecretario de Comunicación no se quedó ahí, y añadió: "Los que pongan en el sobre la papeleta del PSOE le están dando a Zapatero un aguinaldo, nueve meses más sin trabajar pero cobrando". En Génova se ha instalado la idea de que un batacazo total en los comicios provocará un adelanto electoral.
En este sentido también se postuló Rajoy, pero con un grado mucho menor de vehemencia. En su tercera parada por las Islas Baleares, en Palma, el líder de la oposición se centró en el turismo -la clave del desarrollo en esta comunidad- y recordó la responsabilidad del Gobierno central en este sentido.
"Para que haya empleo tiene que darse inversión, dinero, crédito", comenzó, ante los aplausos continuados de un auditorio -otra vez- abarrotado; de 4.500 a 5.000 militantes y simpatizantes, según fuentes de la organización.
Un Rajoy con signos de cansancio puso especial énfasis en la "austeridad" porque "no se puede gastar lo que no hay". Y para ello "¡menos personal de confianza, burocracia, trámites y menos retrasarlo todo! Más atención al dinero del contribuyente y que se le responda ya", sentenció.