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González Pons llama a que "no se apague el espíritu del 15-M"

El PP cambia su estrategia a tres días de los comicios y se centra en los indignados. Defiende el sistema y pide votar contra el Gobierno.

En pocas horas, Mariano Rajoy modificó su estrategia sobre el movimiento juvenil contra el sistema. Si el miércoles se congratulaba de una estrategia diseñada por y para hablar de la crisis económica, hoy su principal mensaje iba destinado a los indignados. Si hasta ayer se guiaba por “nosotros a lo nuestro”, ahora se enfanga el primero en el barro de la actualidad política.

 

Y dos ideas se desprenden, principalmente, de la catarata de declaraciones que, hoy sí, han realizado los principales dirigentes -más de media docena- sobre la crisis con epicentro en la Puerta del Sol. La primera, y clave, es que el sistema es parte de la solución, y no el problema. “Que nuestra democracia nos ha costado mucho”. La segunda que la indignación y la rabia se tiene que exteriorizar depositando el voto en las urnas, y no en la calle. Y que el cambio lo representa el Partido Popular.

 

Esta es la respuesta de un partido que reconoce está sumido en la “incertidumbre total” sobre qué ocurrirá no ya al día siguiente, sino en las próximas horas. Con el miedo en el cuerpo a una jornada de reflexión manchada por altercados. Que, aunque cree que el movimiento afecta más al PSOE, no descarta que le salpique, “pues somos objeto de las críticas, como los que más”.

 

Por ello, Rajoy hoy se afanó, primero en Málaga y después en Sevilla, a recordar a la ciudadanía quién es el culpable de la situación actual: “En democracia a los gobiernos que no están a la altura se les quita”, a lo que añadió que “lo más importante que tiene una persona es su voto libre, valiente y decidido”. Escuchándole, hoy más si cabe, un nutrido de jóvenes, que coreaba sin cesar “presidente, presidente”.

 

El PP quería que hoy éste fuera el mensaje, tanto que desde la Oficina de Información de Génova se enviaba un e-mail con las declaraciones de altos cargos en este sentido. Todos seguían la misma directriz: “Es lógico el descontento de mucha gente” pero “la opción para cambiar las cosas es el voto”, resumió María Dolores de Cospedal. “Hay que canalizar el inconformismo a través del voto”, destacó Alberto Núñez Feijóo, en consonancia también con Pedro Sanz o la líder de NNGG, Beatriz Jurado.

 

El único que se saltaba en algo la línea era el amigo de las redes sociales del PP, Esteban González Pons. Tras advertir del peligro de que “se pretenda dar la sensación de que hay que volver a levantarlo todo desde el principio”, el vicesecretario de Comunicación elogió el movimiento: “La rebeldía pacífica es sana. A mí me gustaría que no se apagara el espíritu del 15-M y que nos sirva para reflexiones constructivas”.

 

Con esta respuesta, la dirección nacional quiere contrarrestar el aluvión de socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, queriendo aprovecharse de las protestas. “Es lamentable”, se escuchó en voz de varios dirigentes, incluido el propio Pons. Evidentemente, “no queríamos entrar, pero era insostenible”, dicen fuentes del aparato. Pese a todo, Rajoy considera que los populares arrasarán el 22 de mayo, y de ahí que no haya bajado en euforia. En Sevilla, por ejemplo, lo tuvo claro: el Ayuntamiento será del PP.

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