La costumbre de los Gobiernos de Zapatero de no ponerse de acuerdo y actuar cada ministro por su cuenta le ha supuesto un nuevo disgusto a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Según informa La Vanguardia, al día siguiente de su secreta y agradable reunión con Mas y Duran para "salvar" la legislatura y sentar las bases para la siguiente, la Generalidad recibió una inoportuna carta del Ministerio de Cultura con la firma oculta de Elena Salgado.
En ella, Cultura informaba al Gobierno catalán de que no se iba a "suscribir como en años anteriores un convenio para la adquisición de fondos bibliográficos por valor de 1.700.000 euros". La carta decía que el Ministerio de Economía y Hacienda había "informado desfavorablemente porque Cataluña incumple el objetivo de estabilidad presupuestaria".
Es "la primera represalia de la vicepresidenta Salgado después de la aprobación por parte del Gobierno catalán del proyecto de presupuestos que dobla la previsión de déficit establecida por el consejo de política fiscal y financiera", dice La Vanguardia, que además afirma que ello significa "cortar las transferencias de recursos del Estado a la Generalitat, lo que equivale a asfixiarla".