José Ramón Bauzá consiguió el pasado 22 de mayo la mayoría absoluta en Baleares. El popular ya ostenta el cargo de presidente y ya sabe al reto al que se enfrenta tras sustituir a los socialistas y al resto de pequeños grupos nacionalistas e izquierdistas que formaban el anterior gobierno autonómico.
El nuevo presidente balear asegura que "cada día desayunamos con informaciones de distintos colectivos a los que se les debe dinero". Habla de más de 4 millones a los transportitas, otro a las agencias de viaje y más de 27 al palacio de Congresos, por poner sólo algunos ejemplos.
"Y suma y sigue", afirma Bauzá, que añade que "cada día nos encontramos nuevos agujeros. Por eso la auditoría es urgente". Por ello, el popular apuesta por "limitar por ley el techo de gasto, como se hizo durante el Gobierno de Aznar". También quiere recuperar la ley de estabilidad presupuestaria.
El político balear habló además en la entrevista con El Mundo sobre los autodenominados "indignados". Sobre lo ocurrido en el Parlamento catalán asegura que "es un espectáculo lamentable y reprobable. Porque precisamente los que demandan democracia son los primeros que no respetan el resultado del ejercicio de la democracia".
De este modo, criticó duramente la actuación del Gobierno. "Lo que no es de recibo es que el presidente del Gobierno diga que no le preocupa esto", agrega, y considera que Zapatero "vive desde hace meses en su mundo".
También se acordó de Rubalcaba. Del candidato socialista aseguro que "si pretende sumar votos aprovechándose de acciones violentas se equivoca. Si piensa que le pueden votar aquellos contra los cuales no se actúa se le volverá en su contra y puede encontrarse con muchas sorpresas".
Una de las iniciativas estrella de Bauzá es la política lingüística y aseguró que "en Baleares se acaba la etapa de la imposición y empieza la etapa de la libertad. Quiero que la gente se exprese, trabaje y viva en libertad. Nosotros no queremos que haya un predominio de una lengua sobre otra, ni queremos que haya una discriminación de una sobre otra". Y una de las medidas concretas será que "en la administración el catalán dejará de ser requisito para ser un mérito".