Mariano Rajoy no será más benevolente con José Luis Rodríguez Zapatero por ser su último Debate sobre el estado de la Nación. Más bien, todo lo contrario. Recuerdan en Génova que este debate sirve para examinar las políticas llevadas a acabo por el Ejecutivo, para hacer balance de su gestión. Y, a ojos del jefe de la oposición, no puede ser ésta más nefasta.
Y de ahí que Rajoy esté preparando una primera intervención muy dura contra el presidente saliente: "El Gobierno es parte del problema", no se cansa de repetir, y de ahí que vaya a acusar a Zapatero de no generar la confianza que necesita el país para levantar el vuelvo.
"Cada vez que dice que las cosas van a arreglarse, las cosas van peor", le afeará Rajoy, para a renglón seguido llamar a que reflexione sobre ello, apelando al interés general de los españoles. En este sentido, el líder del PP también le pondrá en aviso de que a todo presidente siempre le queda un legado que después le será recordado. "Y la herencia que nos deja Zapatero no puede ser más desastrosa", rematan fuentes autorizadas.
Por todo ello, Rajoy repetirá su particular váyase señor Zapatero, ya solemnizado en el anterior gran debate parlamentario. Y lo hará ayudándose en el "espectáculo dantesco" que las Cortes vivieron la semana pasada, con la reforma de la negociación colectiva. Le preguntará, en este sentido, qué le ha regalado el Gobierno al PNV para que se abstuviera, dando así vía libre a los planes del Ejecutivo.
Preparación de varios días
La petición de elecciones anticipadas, a menos de diez meses de que se agote legalmente la legislatura, será el culmen de una intervención que Rajoy lleva preparando con sumo interés desde el viernes, y por la que ha llegado a cancelar el Comité de Dirección de este lunes.
Para hacerlo se ha vuelto a rodear de los habituales, y con la técnica ya empleada desde hace años: un compendio de fichas por áreas, que los portavoces parlamentarios se han encargado de elaborar desde hace semanas. El objetivo no es otro que evitar que Zapatero le pille desprevenido ya en el turno de réplica y contrarréplica, que es cuando Rajoy siempre ha tenido más problemas.
Soraya Sáenz de Santamaría ha capitaneado el grupo de selectos colaboradores de los que se ha rodeado el jefe de la oposición, y que ha tenido un perfil muy económico. El tridente conformado por Cristóbal Montoro, Fátima Báñez y Álvaro Nadal ha sido también decisivo.
Ignorará a Rubalcaba
A quien Rajoy no le dedicará ni un segundo es a quien será su contrincante en las urnas: Alfredo Pérez Rubalcaba. "Más quisiera él", ironizan en la sede del PP, haciendo mención a las últimas sesiones de control, en las que el vicepresidente se revolvió mentando al jefe de la oposición. "Yo me enfrento al presidente", dijo, conciso, el propio Rajoy en la toma de posesión de María Dolores de Cospedal. La única mención podría venir a la hora de criticar a un Gobierno al servicio del partido, pero este extremo no está ni mucho menos cerrado.
El jefe del PP tampoco entrará al debate "estéril" de que sólo se dedica a criticar los paquetes de medidas del Ejecutivo pero no aporta soluciones. Lamenta que el aparato socialista haya conseguido que ese mensaje cale, pero cita su última rueda de prensa en Génova para acordarse de la batería de medidas presentada. También destacó del Programa de Gobierno de Cospedal que es "un avance de lo que va a ser" su forma de gobernar.
Pero, aún más importante: "No es un examen a la oposición, es un examen al Gobierno", y por ello instará a Zapatero a que admita su mea culpa sobre la crisis, en general, y la altísima tasa de paro, en particular.
"El mejor servicio para España" es que Zapatero se marche, rematan las fuentes consultadas, que centran en el marco económico el grueso -por no decir casi el 100%- del debate parlamentario.
Pedirá al Gobierno que aplique la ley contra Bildu
Ahora bien, en principio, el jefe de la oposición también elevará una queja sobre la presencia de Bildu en las instituciones del País Vasco y Navarra, si bien lo hará únicamente para llamar al Gobierno a estar atento, vigilante, y a aplicar la ley en cuanto sea preciso. Todas las fuentes descartan que se vaya a producir una ruptura en los pactos ni que Rajoy vaya a adentrarse en un asunto que él considera espinoso.
"El tema Bildu ahí está, hay que esperar", destacó en una reciente conversación informal con periodistas. "Si Rajoy es presidente, ETA no estará en las instituciones", se ha comprometido su equipo, incluyendo Cospedal, tanto en campaña como una vez visto que la coalición proetarra se convertía en la segunda fuerza política más votada en el País Vasco.
Sobre la política antiterrorista, en el PP aseguran que su postura "no ha cambiado". "Seguimos siendo los mismos", afirman. Pero ahora no consideran estratégicamente viable dar la batalla en esta materia, a pesar de los indicios que apuntan a que ETA está detrás de Bildu, como dan por descontado de puertas para adentro.
En definitiva, Rajoy seguirá su guión: la previsibilidad por bandera. Perfil bajo salvo en economía, donde los datos económicos ya por sí solos bastan para dar la estocada final a Zapatero. "El jefe gana en el debate parlamentario", añaden en Génova, donde creen que el viento sopla a su favor. El único temor, pero débil, es que Zapatero "ya no tiene nada que perder". Dicho lo cual, los populares están convencidos de su victoria.