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Córdoba se convierte en otro frente interno para el desgarrado Griñán

Tras la salida de Francisco García, Crescencio Peña y Rafaela Valenzuela, el PSOE cordobés está en la disyuntiva de degradarse y desintegrarse o renovarse.

La salida de la cúpula municipal del PSOE de Córdoba ha abierto otra brecha en los socialistas andaluces.

"El PSOE sufre otra crisis, tras el batacazo de las municipales". Así comienza la noticia en El País, que, como es sabido, profesa simpatías rubalcabianas y ha establecido distancias con el secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán. Pero es que tras la dimisión irrevocable del secretario general de la agrupación municipal del PSOE de Córdoba, Francisco García; del secretario de Coordinación, Crescencio Peña y de la secretaria de Política Institucional, Rafaela Valenzuela, el PSOE de Córdoba es un pollo sin cabeza y el socialismo cordobés está en la disyuntiva de degradarse y desintegrarse o renovarse. Claro que entre Rubalcaba y/o Griñán, la renovación se antoja imposible.

Entre las razones aportadas por García en su dimisión están las siguientes: "Tenemos que demostrarles a los ciudadanos que somos instrumentos útiles para la sociedad, aportar ideas creíbles y proponer personas creíbles" lo que, al parecer, contrasta con todo lo que ha venido haciendo el PSOE de Córdoba desde hace años pero, muy especialmente, tras el escandalazo de los negocios de la esposa de Rafael Velasco, líder político del PSOE cordobés y mano derecha de Griñán, que se vio obligado a dimitir de la secretaría de Organización del PSOE y de su escaño de diputado en el Parlamento andaluz.

Recuérdese además el numerito "Moratinos". El PSOE andaluz, Griñán a la cabeza, presentó la candidatura de Miguel Ángel Moratinos, ya ministro de Exteriores en decadencia, a la alcaldía de Córdoba. Pero Moratinos no quiso presentarse. Pero ocurría que para presentar a Moratinos, el PSOE había quitado de en medio al anterior cabeza de lista y primer teniente de alcalde, Rafael Blanco. Finalmente fue el secretario provincial, Juan Pablo Durán, menos conocido entre los vecinos, el candidato socialista. Su resultado electoral fue decepcionante y el PSOE es la fuerza política menos votada en las pasadas elecciones ganadas por el PP con mayoría absoluta.

Con estas dimisiones, la pregunta es si el PSOE de Córdoba se encamina, como en su día lo hizo en Almería, hacia la constitución de una gestora habida cuenta del desmadre y la ruina del socialismo en la capital de la Mezquita. Además, hay que tener en cuenta la crisis del PSOE malagueño y la crisis latente, y aún no resuelta, en el socialismo gaditano, dominado por el Clan de Alcalá. Y Sevilla, donde la derrota en la capital ha tenido un eco mediático sin precedentes y que, por esa causa y por el escándalo de los ERE, tiene el abismo a los pies.

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