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ZP se resigna ante RbCb

Un melancólico Zapatero anuncia el final de la legislatura, con lo que el candidato del PSOE gana la batalla de anticipar las elecciones generales.

Subido en el atril, justo antes de comenzar y rodeado de fotógrafos, lanza a alguien un guiño buscando complicidades. Zapatero sonreía con la boca cerrada pero en sus ojos se vislumbraba tristeza. Quizás, resignación.

El presidente del Gobierno convocará elecciones a finales de septiembre, llamando a los españoles a las urnas el 20-N. Confirmaba así dos rumores insistentes en los círculos parlamentarios. El primero: que habría adelanto electoral. El segundo: que se anunciaría esta misma semana.

Cuando el pasado miércoles concluía su comparecencia en el Congreso sin realizar el anuncio deseado, todos coincidían en la sentencia: "el rumor ha pinchao, nos vamos a agosto". Apuntaban entonces al último Consejo de Ministros del verano. Pero lo que pocos esperaban era que su anuncio se realizase en La Moncloa en el balance anual del curso político, y un día antes de comenzar las vacaciones políticas y parlamentarias.

Cuando los periodistas llegaban a La Moncloa, algunos no podían ocultar su sorpresa. "¿Tú te lo esperabas?", se preguntaban. "Yo sí...", decía otro. Unos a otros aumentaban la expectativa ante los titulares de los digitales: "Hay temita, ¿no?", "¡Hoy es un día histórico!", comentaba la mayoría.

La emoción periodística era inversamente proporcional a la del presidente del Gobierno, cuya confirmación no sorprendía ya a nadie, pero sí su intento de ni siquiera pronunciar el nombre del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuyas intenciones eran anticipar los comicios. Sobre todo, tras conocer el barómetro del CIS en el mes de julio, que apuntaba a un recorte de la ventaja del PP de 3,3 puntos.

Por ello, Zapatero también evitaba hablar de sus encuentros con el candidato: "Mire: he hablado con muchas personas en los últimos días sobre la toma de decisión que acabo de comunicar y no voy a hacer el relato de todas las personas...".

Y desmentía relación alguna entre su decisión y los intereses electorales de Rubalcaba tras la publicación del CIS. "No hay ningún componente de perspectiva electoral", decía el presidente descartando algún forcejeo entre él y el candidato socialista a la Moncloa. "Lo que sí puedo decirles es que esta decisión la tengo pensada y madurada desde hace tiempo. Siempre he pensado que mi responsabilidad, pensando en el interés general,  era que el nuevo gobierno estuviera con plena capacidad de funciones antes del 1 de enero".

Sin embargo pasaba de puntillas por la pregunta de Libertad Digital recordándole sus palabras el pasado 18 de junio en San Petersburgo, donde hace poco más de un mes manifestaba su intención de agotar la legislatura.

"Me va a permitir que pertenezca al ámbito de reserva de mi proceso, de cómo debo de confirmar una decisión. Como pueden imaginarse, una decisión de esta naturaleza se va consolidando progresivamente... Decir que hay un día mágico, o final, que está establecido es no evaluar cómo se produce. Se va consolidando y se toma, pero ya dije que estaba tomada hace tiempo, más allá del 19 de junio".

Zapatero no hablaba de la influencia del ya famoso editorial de El País, pero sí hablaba de la prensa en general. "Era bastante razonable... aparte de que, en fin, leyendo todos los medios de comunicación en las últimas semanas... era razonable que las elecciones fueran en otoño por muchas razones".

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