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Sondeos internos del PP desvelan que ya no existe 'efecto Rubalcaba'

Ni rastro del 'efecto Rubalcaba', según los sondeos del PP, a los que tuvo acceso LD. El equipo de campaña de Rajoy cree que está calando su mensaje.

Ni rastro del 'efecto Rubalcaba', según los sondeos del PP, a los que tuvo acceso LD. El equipo de campaña de Rajoy cree que está calando su mensaje.

Hasta que no sea estrictamente necesario, con las elecciones ya tan a la vuelta de la esquina que no nombrarle se convierta en algo imposible, Mariano Rajoy seguirá haciendo como que no existe Alfredo Pérez Rubalcaba. Como si "el candidato", así se refiere al ex ministro las pocas veces que lo hace, fuera una pieza más de ese puzzle de la desesperanza que representa, a sus ojos, el Gobierno, en particular, y el PSOE, en general.

Y es que, no se cansa de repetirlo, el presidente todavía es José Luis Rodríguez Zapatero, motivo por el cuál es a él a quien se dirige para rendirle cuentas. Para abordarle por la dramática situación que atraviesa el país y para espetarle que "es necesaria otra política económica". El resto de socialistas, en el Ejecutivo o no, "son parte del problema".

Una línea de actuación que se sustenta en unas encuestas para consumo interno que vienen a confirmar lo que los portavoces del PP ya auguraron cuando el PSOE tomó oxígeno gracias al último CIS, en el que teóricamente recortaban distancias gracias a su nuevo cabeza de cartel: el ‘efecto Rubalcaba’ no existe y la diferencia en votos entre los dos partidos políticos es "casi idéntica" que con Zapatero.

Así pues, y según estos estudios, en la ciudadanía ha calado la percepción de que "Zapatero y Rubalcaba son lo mismo", en voz de un estratega de la formación. Y de ahí que, según un miembro del Comité de Dirección, estos sondeos reflejen una "mayoría holgada" a favor del PP, muy próxima a la mayoría absoluta. De hecho, muchos de estos estudios sí que dibujan un número de votos suficiente para gobernar en solitario.

"Las encuestas son muy buenas", resumen en Génova, incidiendo en que "nadie en España se cree" que Rubalcaba pueda tener, ni por asomo, la receta contra una crisis en la que "él mismo nos ha metido". Y de ahí que la economía será, al fin y a la postre, el gran arma de batalla de Rajoy.

El trabajo de Ana Mato

Apartando al CIS del análisis, cuya "cocina gubernamental es tan evidente que sólo basta fijarse" en las elecciones celebradas en esta legislatura, el Comité de Campaña que dirige Ana Mato, y que se ha reunido en más de una ocasión durante este agosto atípico, continúa trabajando para finalizar el Programa Electoral que será presentado en Málaga los primeros días de octubre.

"Las líneas básicas están ya puestas encima de la mesa", destaca un miembro de dicho órgano, que se fija en las plazas electorales conquistadas por el PP el veintidós de mayo para destacar que ése es "el camino a seguir". El propio Rajoy se refirió en términos parecidos, al constatar antes de vacaciones que Castilla-La Mancha, Baleares, Extremadura o Aragón son "el espejo" que debe utilizar la ciudadanía para poner nota al estilo Mariano.

Austeridad, menos leyes, fin de la crispación en la temática social... y todo con un fin último: "Conseguir que la marca España vuelva a transmitir certidumbre" para que, a renglón seguido, los mercados den al país un respiro y la prima de riesgo vuelva a niveles estándares.

El PP, mejor que el PSOE contra la crisis

"Lo hicimos en 1996 y lo volveremos a hacer", no se cansan de repetir en la el bastión de los populares, a modo de eslogan machacón, pero no dejado al azar, habida cuenta de que Rajoy quiere que la marca PP sea la marca de la recuperación nacional. En este sentido, las encuestas sociológicas también les son beneficiarias, ya que la totalidad de ellas apuntan a que la opinión pública cree que con ellos en el poder se puede salir antes de la crisis.

Con estos prismas trabaja el equipo de Mato, convencido de que atacando por el flanco económico conseguirán conquistar a ese votante de centro que ya se arrimó al PP el 22-M. Y si a éste se suma su base electoral, cifrada en unos diez millones, los analistas de Rajoy entienden que puede conseguir su objetivo: la mayoría absoluta. Pero, para eso, en Génova utilizan el dicho de Esperanza Aguirre que ya se ha convertido en toda una tradición: "Pico y pala hasta las generales".

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