Sin la presencia de su ideólogo, el presidente del Gobierno, la Unidad Militar de Emergencias celebró este viernes su sexto aniversario en un acto celebrado en su base de Torrejón de Ardoz (Madrid), en el que estuvieron presentes la ministra de Defensa, Carmen Chacón; el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez; y el jefe de la UME, el teniente general José Emilio Roldán.
Allí, la responsable del departamento anunció que la unidad comenzará a adquirir las llamadas capacidades NRBQ para "estar mejor preparados contra posibles accidentes de origen químico, biológico y radiológico, como la rotura hace un año de un dique de residuos tóxicos en Hungría; o el ocurrido hace un mes en la central nuclear de Marcoule en Francia".
La preparación contra posibles accidentes de este tipo iba a ser inicialmente una de las actividades estrellas de la unidad, aunque seis años después de su creación todavía no están preparados suficientemente para este tipo de incidentes. Una muestra de ello se pudo comprobar en junio de 2010, cuando la UME tuvo una más que discreta participación en el macro-simulacro organizado por la Dirección General de Protección Civil y el Ministerio del Interior en el aeropuerto de Barajas, en el que se simuló que una aeronave se estrellaba contra un hangar y provocaba una fuga de material radioactivo.
Los esfuerzos se han centrado mayoritariamente en la lucha contra incendios forestales, seísmos, operaciones de búsqueda y rescate e inundaciones. De hecho, la propia Chacón destacó las actuaciones que los militares de la UME han llevado a cabo este año en localidades como Lorca, Écija, Santa Eulalia o El Hierro en los últimos meses.
El jefe de la unidad, el teniente general José Emilio Roldán, destacó que 2010 fue el año de la "consolidación" de la UME y éste ha sido el de la "normalización", y que los más de 3.500 hombres y mujeres que integran la unidad han demostrado ser "auténticos especialistas en emergencias sin dejar de ser unos buenos soldados".
Una idea 'muy personal' de Zapatero
La creación de la UME fue una idea del propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que en una entrevista concedida al diario El País el 2 de septiembre de 2007, la calificó como una de sus "dos iniciativas muy personales" de su, por entonces, primera legislatura.
En la misma, señaló que el origen de la idea le vino a la cabeza tras ver cómo miles de personas quedaron atrapadas por la nieve en la A-1 a la altura de la provincia de Burgos en las navidades de 2004, en las que el ministerio de Fomento, entonces dirigido por Magdalena Álvarez, fue incapaz de impedir que las anunciadísimas nevadas hicieran imposible la circulación a los largo de casi un centenar de kilómetros en una de las principales carreteras del país.
Zapatero se reiteraría en la idea en la que ya había puesto a trabajar a sus asesores siete meses después, tras el trágico incendio de la provincia de Guadalajara en el que fallecieron once agentes forestales en julio de 2005. Tres meses después, el Gobierno aprobó la creación de la unidad en el Consejo de Ministros celebrado el 7 de octubre.
En diciembre de 2006, el por entonces ministro de Defensa, José Antonio Alonso, inauguró el Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias, que se ubicó en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Desde entonces, la unidad fetiche de Zapatero ha venido contando con el fuerte respaldo económico –para instrumentos, material y personal– con la que no cuentan otras unidades de los tres Ejércitos, que en algunos casos se llegan a encontrar casi en una situación de ahogo económico, debido a los constantes recortes que han venido sufriendo los presupuestos del ministerio de Defensa.
Sin protocolo de intervención durante demasiados años
El desbarajuste creado en el ministerio de Defensa por los diferentes ministros nombrados por Zapatero ha hecho que la unidad se haya mantenido durante la mayor parte de sus años de existencia sin protocolo de intervención. Un hecho se ha producido debido a que el Tribunal Supremo anuló en octubre de 2008 el redactado inicialmente por los asesores socialistas.
Este protocolo fue recurrido ante el Alto Tribunal por el Gobierno vasco de Juan José Ibarretxe en julio de 2007, un mes después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y cuatro después de su aprobación en Consejo de Ministros, argumentando que invadía competencias de las comunidades autónomas y que no había sido sometido ni al informe previo de la Comisión Nacional de Protección Civil ni al dictamen del Consejo de Estado.
El Alto Tribunal dio la razón al Ejecutivo de Vitoria, dejando en evidencia los graves fallos cometidos por el equipo de Zapatero. El Gobierno central redactó un nuevo protocolo que fue remitido a la Comisión Nacional de Protección Civil, que le dio su visto bueno en diciembre de 2009. Recibido posteriormente el dictamen favorable del Consejo de Estado, el Ejecutivo no aprobó este nuevo reglamento hasta el pasado 22 de julio.