Urkullu ha comparecido en La Moncloa tras su reunión con el presidente, y ha comenzado diciendo que "desde mayo del pasado año" ha mantenido una "relación constante con Zapatero", una relación que ha derivado en un resultado "satisfactorio" pese a comenzar desde el "recelo mutuo", con "discrepancias de partida".
Urkullu ha reconocido el "compromiso del Gobierno español" y el resultado "positivo para España y Euskadi". El líder del PNV ha enumerado tres puntos sobre los que bascula esa relación: la estabilidad económica, la institucional y la política.
Sobre el primero de estos puntos, Urkullu ha dicho que "España estaba y ha estado en riesgo de intervención", pero ha querido excusar de entrada al presidente asegurando que "el otro día escuchábamos a lideres europeos que España ya ha salido ese grupo" en riesgo.
Respecto al segundo de los compromisos, Urkullu considera que no se ha culminado completamente el estatuto de Guernica, pero menciona que existe "un proceso" y que en su globalidad el PNV se muestra "satisfecho". "Después de tantos años, el acuerdo es posible", ha enunciado un solemne Urkullu.
Es sobre la estabilidad política sobre la que el líder del PNV se ha extendido. "Desde mayo de 2010 ha existido un claro objetivo político compartido". Y ha considerado la llegada de un "nuevo tiempo en Euskadi", una "nueva transición política" y un tiempo de "participación plena". Para la llegada de la paz, dijo, "ha habido que arriesgar. El presidente se ha comprometido a ello y así lo ha hecho".
A partir de ahora, el horizonte que se abre "tenemos que construirlo sobre la historia que hemos padecido y sobre la memoria". Y ha pedido "libertad y unidad para que todas las sensibilidades políticas de Euskadi podamos alumbrar un nuevo tempo de concordia".
Para ello ha querido, según su peculiar lenguaje, reivindicar el "reconocimiento a las victimas" y la "generosidad social en respuesta a al generosidad de las victimas". Tanto en el País Vasco como en España, dijo, se ha avanzado en el "reconocimiento a todas las víctimas tanto del terrorismo como de intencionalidad política".
Este llamamiento, que trasladó no sólo a Zapatero sino también al lehendakari en su reunión del lunes, supone toda una "política de reconciliación" que necesita de una "política penitenciaria flexible, dinámica y consensuada".
En palabras de Urkullu, ETA debe "reconocer a las victimas y asumir el daño causado". Y en un talante conciliador con la banda terrorista aseguró que "tienen que sumarse y se sumarán, pero el camino del reconocimiento esta abrazado y transitado. No partimos de cero", se jactó Urkullu.
Según Urkullu, y pese a haber enunciado todo lo anterior, ETA "ni tienen ni tendrá contrapartidas políticas. Lo saben". Y pidió que, en este punto, se tome como "referencia el pacto de Ajuria Enea" en la apuesta por "vías políticas y democráticas" que deriven en la citada "modificación de la política penitenciaria". "Los etarras tienen que tener la misma consideración resto presos en función de los pasos que ellos den".
"Afrontamos una nueva transición, de una sociedad que ha padecido el terrorismo a otra que quiere superarlo para siempre. Ni nosotros ni nuestro padres hemos conocido una Euskadi sin violencia. Solo existe un camino, el pacto politico, el acuerdo institucional, el referendo social. Integrar en el mismo a todas las fuerzas políticas."
Esa fue la reflexión planteada por el PNV a Zapatero, una valoración que Urkullu desveló como "compartida" por ambos. "Un nuevo tiempo para un nuevo tiempo" en el País Vasco, fueron sus palabras en la comparecencia en Moncloa.