El Hotel Madrid se ha convertido en un centro de ladrones y gorrones, según cuentan los propios ‘indignados’, que agregan que se han producido agresiones "verbales y físicas". Algunas de las personas que ‘okupan’ este inmueble admiten "problemas de convivencia" y temen que estos echen por tierra un proyecto al que califican como "necesario" e "ilusionante".
Los ‘okupas’ cuentan que se ha creado un "grupo de poder" –que choca con la pretendida ‘organización horizontal’ del movimiento-, al que califican como "poco comunicativo" y que no respeta los consensos que surgen en las asambleas. Los ‘indignados’ dicen que la mayor parte de la gente que habita en el edificio asaltado "es gente muy lógica, pero hay otros que hacen de cualquier tontería una discusión, no respetan las asambleas, faltan el respeto...".
Además, cada vez son más frecuentes los robos y las agresiones, verbales la mayoría pero también físicas. Un joven dice en Público que se trata de quince o veinte personas "que están reventando todo".
Los ‘gorrones’ también han decidido aprovecharse de esta caótica situación, y algunos ‘indignados’ denuncian que "hay gente que está aquí sólo para tener un plato de comida y no colabora ni acepta las reglas mínimas de convivencia".
Por cierto, pese a su mensaje pacifista y solidario, los ‘indignados’ cuentan que "no somos un comedor social, no podemos hacer esa función". "¡Que cada uno coma y duerma en su casa, aquí se viene a trabajar!", dice otro joven.
Estos problemas internos parecen no tener una solución cercana. En la noche del sábado, los ‘indignados’ celebraron una asamblea muy tensa y muy caótica, en la que se debatió cómo continuar con la ‘okupación’ del Hotel Madrid. Algunos están dispuestos a continuar con el proyecto, aunque todos admiten que "no será fácil".