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Fiesta en Génova

Rajoy "torea" a un Rubalcaba convertido en "hooligan"

Ovacionado en Génova, Rajoy se mostró satisfecho. El PP cree que su victoria fue clara frente a un Rubalcaba que se llegó a convertir en "hooligan".

Mariano Rajoy ha ganado el debate "en forma y en fondo", ha expuesto un proyecto concreto para salir de la crisis y "altura de miras" frente a un Alfredo Pérez Rubalcaba "confundido y agresivo" que echó mano de la "típica política socialista: insidias y mentiras". Así se han pronunciado fuentes de las dirección nacional, pocos minutos después del cara a cara televisado.

El propio candidato del PP aseguró, al término, que se había visto "bien, estoy contento". Hacía este brevísimo comentario con una sonrisa de oreja a oreja, satisfecho -según su entorno- de haber toreado con soltura al "corrosivo" Rubalcaba.

Y es que, si algo llamó la atención en Génova 13, fueron las formas de un cabeza de cartel socialista "a la desesperada". "Rubalcaba no se presenta como candidato. Ejerce como entrevistador del futuro presidente del Gobierno", y a partir de ahí las palabras más gruesas: "Parece un periodista incisivo, un hooligan, pierde los papeles...".

Pese a lo previsible, esa impresión de disgusto por el dóberman socialista provocó, en un principio, una sensación agridulce en el cuartel general de los populares. Estaban más enfadados que contentos. Una vez rebajada la adrenalina y ya con la cabeza en lectura de análisis, la euforia empezó a repartirse. "Hemos ganado sin ningún tipo de duda".

Y esa alegría ya fue total cuando Mariano Rajoy hizo su entrada en la sede. Ante los gritos de "presidente, presidente", el candidato popular no disimuló su satisfacción, mientras era rodeado por decenas de simpatizantes, la mayoría jóvenes. Entonces ya era trending topic mundial en Twitter. En el PP están convencidos de que el líder ha logrado afianzar su base electoral.

Argumentario interno

Entrando en faena, en el PP constataron que el candidato del PSOE no hizo ninguna mención sobre su programa electoral. "Vino a contar lo que él cree que va a hacer Rajoy". Y, ni mucho menos, hizo un balance de su paso por el Gobierno, y a lo que el líder popular le emplazó en constantes ocasiones.

La hemeroteca le fue muy útil al equipo de Génova: "Rubalcaba le atribuye a Rajoy medidas y recortes que él tomó en el Gobierno: rebajar la prestación por desempleo (que hizo en el Gobierno de Felipe González), abaratar el despido (como hizo el Gobierno de Zapatero en la reforma laboral, que se ha saldado con un incremento del 34,8% de despidos con indemnización de 20 días en los últimos seis meses), dar ayudas públicas a los bancos, subir el IVA..." y, en general, "aplicar recortes sociales".

Ésta fue la idea cardinal desgranada por Rajoy, asesorado por los seis elegidos: Ana Mato, jefa de campaña; Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación; Carmen Martínez Castro, su jefa de gabinete; Pedro Arriola, sociólogo de cabecera del PP; Jorge Rabago, director de telegenia del partido; y Tomás Yribarren, amigo íntimo que ya le acompañó en 2008.

En el descanso entre la primera y segunda parte, el líder popular se volvió a reunir con ellos y le dijeron que se relajara, que todo estaba yendo bien, que le dejara hacer a Rubalcaba porque "se estaba auto-retratando". Y a partir de ahí "todo fue como la seda" pese a los momentos de tensión.

"Rajoy convence a los españoles y, de paso, informa a Rubalcaba sobre la situación de España", arguyó un portavoz autorizado, para rematar: "Ha hecho un diagnóstico de la situación de España y ha explicado un Plan frente a la crisis". Enfrente, "Rubalcaba se dispersa y vuelve a las contradicciones que han caracterizado a su Gobierno".

Ya entrada la madrugada, y copa en mano, un alto cargo hacía un resumen demoledor: "Rubalcaba ha perdido su última oportunidad, Rajoy se afianza". Traducido: en el PP ya sueñan con los doscientos escaños en el Congreso de los Diputados. González Pons exclamó: "¡Ha ganado el cambio!".

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