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Sobre ETA, sólo en televisión

Rajoy: "No tengo ningún compromiso con nadie ni he hablado con nadie"

En Antena3, Rajoy prometió no negociar con ETA, pero rehusó censurar al Gobierno. Ya en el ruedo electoral, sacó su mono de campaña frente "al personal".

En Antena3, Rajoy prometió no negociar con ETA, pero rehusó censurar al Gobierno. Ya en el ruedo electoral, sacó su mono de campaña frente "al personal".

Para escuchar a Mariano Rajoy pronunciarse sobre la banda terrorista ETA hubo que encender el televisor. En el mitin que protagonizó en Inca, Palma de Mallorca, siguió a su libro, si bien sí que utilizó un tono mucho más mitinero para quejarse públicamente de que desde el PSOE sólo se le critica en vez de exponer su programa para alcanzar La Moncloa.

 

Pero, sobre terrorismo, hubo que acudir a Antena3. Justo cuando él tomaba la palabra, esta cadena emitía una entrevista grabada por la mañana, y en la que se le abordaba sobre si no ve en Bildu o Amaiur concesiones del Gobierno a ETA. El candidato popular, fiel defensor de la unidad en esta materia, escurrió como pudo el bulto: “Si el Gobierno de España tiene algún compromiso, que a mí no me consta, lo tendrá él. Pero yo, desde luego, no tengo ningún compromiso con nadie ni he hablado con nadie de ese mundo”, afirmó.

 

En este sentido, lo que sí quiso dejar claro el líder del PP es lo que él no lo hará. “No hay nada que negociar políticamente”, solemnizó. Tampoco habrá gesto alguno en clave penitenciaria. Y argumentó: “¿Por qué tenemos que negociar? Luego, que hagan política si quieren pero, a partir de ahí, ley y estado de derecho; no hay nada que negociar”.

 

El mensaje económico se lo repartió, a caballo entre el mitin y el plató de televisión. En su particular yo me comprometo aseguró que no tocará los impuestos “en un primer momento” y en que tampoco rebajará el sueldo de los funcionarios. Ya en Palma, anunció un programa concreto para sus primeros cien días de Gobierno y desgranó alguna de sus medidas más populares, para echar mano de la ironía: “Luego dicen que no tenemos programa (…) es que no les gusta, no les gusta”, se jactó.

 

Rajoy se sintió cómodo en el ruedo electoral, y en esta ocasión sí que llevaba puesto el mono de campaña. De hecho, pareció recuperar el espíritu de Castelldefels (donde inició la campaña, muy crítico con el Gobierno) y habló “del personal” y “de esa gente” para pasar al ataque político.

 

Vaya por delante que jamás dejó ese aura de presidente de facto con la que siempre sale de casa y que su ataque ocupó la menor parte de su intervención, pero lo cierto es que se le vio resuelto en la queja: “Estoy viendo cosas verdaderamente sorprendentes, cosas raras. La campaña de nuestros adversarios políticos consiste en hablar de mí, y no muy bien por cierto”. Nunca mentó a Alfredo Pérez Rubalcaba, pero a él se dirigía cuando le emplazó a hablar más de lo suyo y menos de lo del resto.

 

Junto a José Ramón Bauzá, que arengó a los suyos insistiendo en la idea de que Zapatero y Rubalcaba son exactamente lo mismo, Rajoy aseguró que llamará al líder de la oposición una vez gane las elecciones, pero también “a decidir y a ser firme”.

 

En un discurso en el que se olvidó por completo de que aún no ha ganado, apuntó como líneas de su futuro gobierno “austeridad” y “sentido común” y yendo sus deseos por delante habló de la “recta final de la campaña” cuando aún ni ha alcanzado el ecuador. Eso sí, ya advirtió que no se va a salir de su camino, pese al calor de las bases: “El que nunca estuvo allí”, se mofó, sobre el Rubalcaba portavoz, ministro y vicepresidente del Gobierno socialista.

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