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Rajoy se niega a responder a ETA en 'Gara' e insiste en sus líneas rojas

Contundente y solemne, Rajoy se negó "a hacer la campaña electoral a nadie". Se negó a contestar a ETA y marcó, en suelo vasco, las grandes líneas rojas.

La propaganda electoral de ETA en su medio de cabecera, el periódico GARA, es papel mojado para el líder de los populares. No se refirió a ello, ni lo hará, porque son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “las que tienen que verificar la entrega de armas”, fase decisiva para comprobar que el último comunicado no es otra trampa de los terroristas.

 

Más solemne de lo que se le presuponía, Mariano Rajoy no dudó en llevar al inicio de su intervención, en Vitoria, su declaración de intenciones. Y, nuevamente, se vistió con el traje de presidente en vez de que con el mono de candidato. En tono serio, sentenció: “Queremos libertad y por encima de eso no hay nada”.

 

Y, bajo esa premisa máxima, lo siguiente, y con ello el terrorismo: “Es el enemigo de la libertad”, constató, para pasar a sus líneas rojas, aquellas que marcó tras el comunicado de ETA. En esta ocasión, no incluyó esa mención a las “concesiones” políticas que tanto chirrió a su electorado. Tampoco se metió con el Gobierno, como por otra parte es habitual, pero su estilo gustó a todos los sectores y relajó a los que aún no se fían, algo muy importante a pocos días de las elecciones.

 

En esos principios básicos, Rajoy, que volvió a estar acompañado junto a su mujer -Elvira Fernández-, incluyó a las víctimas del terrorismo “como referencia”. “Son los que más han sufrido y las tendremos en cuenta siempre”, arguyó, recibiendo el aplauso de más de seiscientos simpatizantes. Y como segundo gran punto señaló a “la disolución irreversible de ETA”.

 

Y ahí se quedó, porque “no le voy a hacer la campaña electoral a nadie”, dijo en referencia a las marcas de Batasuna Amaiur y Bildu. “No tengo nada más que comentar”, habida cuenta de que “España lo que necesita es seriedad”. “Trabajemos para que todas las fuerzas políticas estén unidas, y lo demás será Ley y Estado de derecho y punto”, remató.

 

Previamente, Antonio Basagoiti le hacía la cama e insistía en esta misma línea, para hacer calar la idea de que todo es una estrategia para que la marca política de ETA tenga voz en el Congreso de los Diputados: “No le vamos a hacer la propaganda a unos encapuchados” a los que “sólo les ha faltado entregar la papeleta en la entrevista”.

 

Fueron referencias contundentes pero breves ya que, insisten en el PP, lo que hoy preocupa a la ciudadanía -también en suelo vasco- es la situación económica. Y a ello se centraron todos los que hoy tomaron la palabra, desde Javier Maroto a Alfonso Alonso, pasando por los grandes tenores. “Si hay una persona comprometida con la verdad, ésta es Mariano”, dijo Basagoiti, en referencia a su jefe de filas.

 

Rajoy volvió a repetir lo ya dicho en otras ocasiones; que España dejará la cola de la Unión Europea para volver a liderarla y que parte de la culpa de la crisis es del Gobierno socialista. También hizo una referencia en clave interna, en un partido que no hace tanto vivió un cisma interno por la marcha de María San Gil: “Aquí tenemos las mismas ideas, no hay veletas, somos personas fiables”, apuntó. Y se refirió en concreto a Leopoldo Barreda, del que dijo que él sí habla de lo que sabe.

 

El acto de Vitoria era el más complicado para el líder popular de este periodo para pedir el voto, ya que sabía que se tendría que mojar por primera vez en campaña sobre política antiterrorista. Sólo habló del asunto, en Córdoba, cuando un espontáneo le gritó: “¿Y de los asesinos de ETA, qué?”. “Ley y estado de Derecha”, respondió raudo. Este viernes, volvió a aprobar con nota, pues dejó claro que ya nada más quiere saber de los terroristas salvo su disolución total.

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