"¡No estás sólo! ¡No estás sólo". El grito del Palacio de Deportes de Zaragoza cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se disponía a realizar su intervención reflejaba la honda preocupación por unas encuestas sobre intención de voto que el candidato del PSOE se sigue empeñando en negar:
"¡Ya sé que no estamos solos! ¡Ya lo se! ¡Y muchos más! ¡Y ya veréis el domingo!!!
Las encuestas han estado más presentes que nunca en un mitin socialista justo en el día en el que los sondeos coinciden en una auténtica debacle que dejaría al PSOE con 112 escaños, el peor resultado de su historia. El "telonero" Felipe González" se declaraba orgulloso de serlo de Rubalcaba y ponía el eje central de su discurso en los indecisos, el 30% del electorado socialista.
"Y los indecisos son nuestros. Los que están cabreaos con nosotros. Los que están irritados. Los que todavía tenemos que decirles que por favor levanten la mirada y miren para Portugal e Italia y Grecia o un poco más arriba y vean Irlanda. Y miren en qué han consistido parte de estos cabreos". Porque la consigna socialista es ahora la de que un cambio de Gobierno hacia la derecha, como en Portugal, no resuelve ningún problema. La raíz se encuentra, a su juicio, en los mercados.
"Este no es un problema. Hay una crisis de gobernanza de la democracia representativa y esa crisis consiste en que los ciudadanos nos exigen que gobernemos a los especuladores, que no estemos sometidos a su presión".
Por su parte, el candidato socialista a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha evitado, en contra de lo previsto, referirse explícitamente a los datos de las encuestas publicadas hoy. Lo que sí hacía era insistir en esa consigna de que un Gobierno de Rajoy no supone un cambio. Motivo por el que llamaba a la movilización:
"Vamos a poneros las tareas. Queda una semana. Una semana política es una eternidad. Piensa en esta semana y lo que ha pasado esta semana y veréis que es una eternidad. Pensar en Berlusconi. Una eternidad". Ha reconocido que "es verdad que falta trabajo por hacer" y que hay ciudadanos "que nos han votado que defienden estos valores y principios que ahora están en casa". Y ponía como ejemplo a los jóvenes británicos: "que cuando los veo me digo . Cuántos de éstos estarán pensando: '¡maldita sea por qué me quedé en casa... por qué me quede...!".
Rubalcaba concluía de nuevo su discurso apelando: "A los que no quieren ir a votar. Hay que decirles que la indiferencia jamás ha construido nada. Que son los votos los que en democracia construyen. Que los votos construyen hospitales y escuelas y dan prestaciones por desempleo y pensiones. Que son los votos de los ciudadanos los que nos van a permitir salir de la crisis". Y ha llamado a los presentes "a pelar" por lo que quieren: "¿Sabéis mi confianza de dónde nace? De los trabajadores que hacen una cosa mejor que nadie, que es trabajar. ¡Trabajar, trabajar y trabajar esta semana! ¡Ánimo! La única batalla que se pierde es la que no se da, compañeros".